Esas cosas difíciles de medir pero que, realmente, tienen influencia, muchas veces decisiva.

En las clases los profesores estamos acostumbrados a medir. Somos especialistas en calificar y evaluar, y a ello dedicamos buena parte de nuestro tiempo. Tenemos multitud de herramientas para ello, exámenes, test, en papel y on line, coevaluación, autoevaluación, dianas, rúbricas… y ni hablar ya de los procesos de calidad. Parece podemos medir prácticamente todo. Pero, aún así, hay aspectos que medimos poco y que, en realidad, son fundamentales en nuestro día a día.

Os cuento algunos de esos otros aspectos que percibo han mejorado en mis clases, con la aplicación de flipped learning, a los que me refiero como “intangibles”, pero que valoro de forma especial.

La atención a los alumnos: poder pasar más por cada mesa o grupo de trabajo, inclinarse sobre las libretas y aclararles cosas sobre su propia libreta y no en la pizarra. Me da la impresión de que llega mucho más y, desde luego, me hace sentir más profesor de ese alumno.

Hay más trato personal: esto repercute directamente en un mejor ambiente general en la clase. No es un hecho aislado, se insiste en ello en los cursos de certificación en FL, y, en mi caso, desde luego también se cumple.

Clase mucho más activa: los alumnos trabajan más. Es cierto, no pongamos todo de color de rosa, hay algunos a los que es difícil llegar, y que en clase hacen poquito, pero realmente creo que la mayoría trabaja mucho más en clase, y los más resistentes, lo tienen más difícil para vegetar en clase, estando el profesor junto a ellos cada poco. El modelo Flipped ayuda a que en clase no estén de espectadores, deben ponerse ellos en acción. Si pensamos que  pasan 6 horas al día de una clase a otra, estar activos y realizar tareas lo hace más llevadero que escuchar (o quizás a hacer como que escuchas) una charla tras otra.

La colaboración entre los alumnos: dentro de clase realizan el trabajo generalmente en parejas o tríos, pero también colaboran fuera del aula. Me consta, es evidente, que mis alumnos de ESO y Bachillerato se comunican entre ellos desde sus casas para responder a las preguntas asociadas a los vídeos que les mando ver en casa. Esto tiene una parte mala, cada uno debería trabajar por su cuenta, pero, visto de otro modo, en la tarde, desde sus casas, se están enviando whatsapps de Química…

La motivación: noto que no empiezan a recoger cuando se acerca la hora, parece que tienen más interés en avanzar en sus tareas. Y alguna vez se escucha “Vaya, ya terminó la clase” y eso, aunque pocas veces ocurre, da buen rollo.

También, por qué no decirlo, cierto grado de satisfacción personal, y un poquito de reconocimiento. Los alumnos están contentos con el modo de trabajar en clase, lo dicen, y eso, la verdad a todos nos gusta.

Seguro todos tenemos experiencias de grupos con los que ir a clase era agradable y otros que menos, y como las clases se desarrollan en esos casos de modo diferente, creo que en gran parte por la mezcla de estos factores. Pienso que el papel del profesor es determinante en el éxito de una clase, por encima del modelo pedagógico o los medios tecnológicos. Todo lo que ayude a que podamos desarrollar mejor nuestro trabajo, y que tengamos la esperanza de que lo que hacemos es eficaz, será bienvenido.

Esos son algunos de los “intangibles” que mejoraron mis clases, pero no me olvido de lo que sí puedo medir. Como profesor de Matemáticas y Física y Química tengo cierta debilidad por los números: Las calificaciones han mejorado y tengo menos suspensos. Es cierto que eso también puede deberse a otros factores, que los alumnos estos años sean mejores, los cambios en la forma de evaluar, o símplemente, me he vuelto más blando, pero considero que en buena parte se debe a los cambios en la forma de trabajar.

No sé si el modelo Flipped Learning será el futuro y se impondrá de forma generalizada. Lo más probable, pienso, es que siga evolucionando, y, en pocos años, la forma en la que lo apliquemos sea diferente. Pero, aunque FL no sea el final de ningún camino, dado que en clase me está dando resultados, para mi, en este momento, sí es un buen camino.

Así que intentaré seguir aplicándolo en clase, cambiando y modificando cosas, uniendo mi experiencia y con todo lo que pueda leer de los demás (gracias a todos los que comparten) para intentar llegar más lejos en lo que nos interesa, que es enseñar y educar mejor.

Javier Valdés