Las navidades ya pasaron, pero me han servido, entre otras cosas, para reflexionar sobre lo que me ha aportado y me está aportando seguir el modelo flipped en las clases que comparto con mi alumnado y me gustaría compartirlo con vosotros.
REFLEXIÓN_1: Dale la vuelta al bombo
Esta expresión nos da una idea de la importancia y la necesidad de diseñar escenarios y actividades de aprendizaje. Inventar tareas, actividades, productos intermedios y finales que ayuden al alumnado a aprender más y mejor, pero sobre todo, de manera más activa y autónoma. Hay que estar continuamente pensando, elucubrando, inventado y esto, que para algunos puede ser un trabajo muy pesado y que necesita ese tiempo que apenas tenemos, es lo más gratificante de todo, porque como docentes, nos da la posibilidad de adaptar, de personalizar y de ofrecer al alumnado una senda de aprendizaje mucho más atractiva.
REFLEXIÓN_2: Los 10.000 pasos
Pues sí, algún día he logrado hacer esa cantidad de pasos, aparentemente necesaria, en una mañana de clases. Eso significa, no sólo que nuestra profesión no es, o no debería ser, nada sedentaria sino que estás cerca del alumnado, observando cómo trabajan, cómo se relacionan, cómo van aprendiendo y te permite, por tanto, conocerlos más y poder atender mejor sus dificultades. Y, sobre todo, te facilita una evaluación más cercana, más continua y más formativa
REFLEXIÓN_3: ¡Peligro!
Alumnos pensando. No sólo escuchan y hacen actividades mecánicas, sino que piensan, debaten. Sí, les cuesta trabajo, pero se van acostumbrando.
Alumnos creando. Crean vídeos, infografías, guiones, juegos, Kahoots, formularios o actividades de educaplay.
Alumnos explicando los temas que han trabajado o las tareas que han realizado.
Alumnos contentos, que esperan tu clase porque es distinta, porque trabajan y aprenden de otra manera y porque se lo pasan bien. Y que te preguntan (esto debo confesar que me encanta) al empezar la clase ¿Maestro, qué vamos a hacer hoy?
REFLEXIÓN_4: Evaluando ando
Todas las vueltas al bombo, todos los paseos y todos lo peligros me facilitan la evaluación, una de las tareas más complejas de la función docente. Porque, todo eso, me permite diseñar no sólo las tareas, sino también los instrumentos, me permite conocer de verdad al alumnado, sus dificultades y sus avances o estancamientos en el aprendizaje y me permite tener muchos datos y muy variados de cada alumno
REFLEXIÓN_5: El tiempo es oro
Muchas veces me paro a pensar en la diferencia entre lo que hacía hasta hace unos doce años y lo que hago ahora y lo comparo en términos de productividad teniendo en cuenta tres elementos: tiempo necesario, resultados y satisfacción personal. No cabe duda que todo esto necesita su tiempo, pero no es mucho más que el que le dedicaba anteriormente a otras tareas: corregir exámenes, “preparar” las clases, corregir cuadernos, etc. Resulta que es un tiempo parecido, pero dedicado a algo más productivo y menos reproductivo, es decir, no se añaden tareas sino que se sustituyen unas por otras y, lógicamente, eso produce muchas más satisfacciones y mejores resultados. Por lo tanto, por mi experiencia, recomiendo este cambio porque merece la pena. Necesitas el mismo tiempo para conseguir resultados y satisfacciones mucho mayores.
REFLEXIÓN_6: Enredando
Finalmente, nada de esto hubiera sido posible sin enredar. Sin estar conectados a ese maravilloso claustro virtual que te da ideas, apoyo y esperanzas de que una nueva educación, una nueva escuela y un nuevo aprendizaje está siendo posible.
Aunque sea al revés.
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