En uno de los dos talleres que impartí en el IV Congreso Europeo Flipped Classroom surgió, una vez más, la sempiterna cuestión de: “mira, Juan Francisco, yo estoy muy contento trabajando con el enfoque Flipped. De hecho, tal y como tú comentas, a mí también me permite trabajar por Proyectos en el aula, veo a los alumnos más motivados… pero es que mi compañero/os de departamento no lo comparten. Y así siguen, de tal manera que ya ni siquiera coincidimos en la forma de evaluar.”
Mi respuesta en dicho taller ante este problema se basó en la singularidad de los gemelos, que resulta de la incongruencia de tener que explicarles a unos padres que uno de sus hijos es evaluado y trabaja de una manera, mientras que su hermano gemelo, de forma ciertamente inexplicable, tiene que realizar otro tipo de actividades y los parámetros con los que se le evalúan son otros.
Al fin, todo lo anterior responde quizás a cierta dejadez por parte de un equipo educativo que debe involucrarse en este cambio revolucionario en el enfoque de la práctica educativa, pues no hay nada que impresione más que un colegio en el que se perciba la coordinación entre todo el equipo docente, con los mismos criterios de evaluación, en el que en cada departamento se trabajan los mismos proyectos, independientemente del profesor..
Paradójico, cuando menos.
¡Ah! Y aquí puedes leer sobre la otra paradoja de los gemelos
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