Hace alrededor de 6 años, Sir Ken Robinson, especialista en creatividad habló en TED acerca de la necesidad de un cambio en la educación. La charla es muy entretenida y que plantea cómo hay personas que pasan por la vida sin disfrutar, la sufren más bien. También están aquellas personas que disfrutan tanto con lo que que se sienten identificados con ello de tal forma que no se imaginan haciendo otra cosa. No hay mucha de esta gente y la razón parece que puede tener su origen en la educación. En la actualidad, los sistemas educativos están siendo reformados, pero eso no está bien porque están siendo reformados sistemas que no funcionan, así que reformarlos no tiene sentido, hay que cambiarlos. No se trata de evolucionar sino de revolucionar, hay que transformarlo en algo diferente. Innovar es difícil, es un reto, hay que pensar en algo nuevo para una nuevas circunstancias porque no sirve reutilizar lo que ya tenemos. El ejemplo que utiliza el conferenciante es muy esclarecedor. Pregunta sobre el uso del reloj de pulsera; la mayoría de las personas que lo utilizan somos mayores de 25 años, porque para una persona que ha nacido en la era digital es algo que sólo tiene una función, además, la hora se puede ver en casi cualquier sitio. Para ellos es más un objeto decorativo que útil.  Captura de pantalla 2016-07-22 a las 18.26.10

En educación existe la idea de  que es algo lineal, que lleva una dirección y además, parece que hemos elegido el modo más rápido y efectivo para llegar a la meta, lo compara con comida rápida. Un poco de razón tiene, nos preparamos para pasar pruebas que nos lleven al objetivo elegido y así cumplimos con la norma. Sin embargo, con ello estamos sacrificando todo talento, no permitimos a nuestros estudiantes descubrir en qué son mejores y cómo desarrollar ese aspecto que les hace destacar. El talento humano es muy diverso, las personas tienen muy distintas aptitudes. Cuando algo nos hace disfrutar, nos apasiona, hay un cambio en la forma en que sentimos el tiempo. El tiempo pasa rápido cuando hacemos algo que nos gusta, pero cuando algo no nos gusta, el tiempo que pasamos haciéndolo se nos hace eterno. Él habla de lo largo que se puede hacer un día de colegio haciendo cosas que no te gustan nada. Habla entonces de fracaso escolar.

El florecimiento humanos no es algo mecánico, no se pude «enlatar», es algo orgánico, que es imposible predecir. Reformar y transformar la educación supone adaptarse a las circunstancias, personalizar, dar a todos los alumnos la oportunidad de que desarrollen su máximo potencial. Las personas deben desarrollar sus propias soluciones, apoyo externo con currículum propio. El orador apela a las tecnologías  que, combinadas con el talento de los profesores, puede tener un buenísimo resultado. No matemos los sueños de nuestros alumnos.