La palabra salseo designa el típico cotilleo de patio de vecinos y proviene del ámbito de YouTube. Este término se refiere al momento en el que se especula sobre determinadas personas o situaciones con la intención de hablar sobre un determinado tema. Normalmente se utiliza para criticar. La propia RAE identifica salsear como la acción de entrometerse en todo.
En mi caso, no es criticar el fin que persigo, sino enganchar a los alumnos para que les apetezca conocer la biografía de los distintos científicos que nos han precedido y cuya labor fue fundamental para entender la sociedad en la que vivimos.
Veamos algunos ejemplos de cómo lo hago:
¿Sabías que la madre de Isaac Newton lo abandonó con tres años?
¿Sabías que los franceses acosaron de forma despiada a Marie Curie?
¿Sabías que Ignaz Semmelweis, el médico que propugnó el lavado de manos, fue perseguido por sus compañeros y acabó muriendo en un psiquiátrico?
¿Sabes quién fue la primera persona que habló del cambio climático y en qué año lo hizo?
¿Sabías que el Premio Nobel de Física de 1923 era profesor de griego?
¿Sabías que Faraday fue sacerdote y que rechazó que le enterrasen en la abadía de Westminster?
¿Sabías que Albert Einstein tuvo una hija de la que nada se sabe?
Y, una vez enganchados, les pido que trabajen sobre las biografías de los científicos y científicas, pues presentan unos valores didácticos indiscutibles, ya que, por una parte, ponen de manifiesto aspectos humanos de los científicos y, por otra, sirven para presentar la Ciencia a través de su figura. El objetivo, además de despertar el interés en los alumnos por el estudio de los temas científicos, es ser complementario al currículo de física y química (y de las asignaturas de ciencia en general). Por ejemplo, el siguiente cuestionario sobre Nikola Tesla:
Es de vital importancia para llevar adelante esta experiencia educativa que las fuentes que utilicemos sean fiables y estén bien documentadas. En mi caso, utilizo los videos sobre Biografías Científicas de Javier Santaolalla por la rigurosidad y amenidad con la que las trata. Dos factores que, muchas veces, son difíciles de conjugar.
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