El modelo del aprendizaje inverso nos permite trabajar objetivos de aprendizaje tanto en el espacio individual como grupal. Para ello, deberemos planificar con anterioridad qué debe conseguir nuestro alumnado en ambos escenarios (Talbert, 2017) con el objetivo de trabajar las destrezas de orden cognitivo superior de un modo eficiente y alineado con nuestros referentes de evaluación.
En este sentido, el aula se convierte en un espacio en el que todos nuestros estudiantes continuarán una secuencia didáctica orientada tanto al aprendizaje de unos contenidos como a aplicarlos de modo significativo y competencial. Para ello, los docentes prepararemos instrumentos de evaluación que proporcionaremos con anterioridad a nuestro alumnado con el fin de que conozcan los objetivos de aprendizaje y se autorregulen (Nilson, 2013) a lo largo de su proceso de aprendizaje. Algunos de los instrumentos que nos pueden ser de gran ayuda para este propósito son las rúbricas: su uso como herramienta de evaluación formativa se centrará en construir aprendizaje a través de la evaluación, ya que ofrecerá una información muy valiosa para que todo nuestro alumnado continúe su aprendizaje.
Junto con lo anterior, las rúbricas ofrecen una estupenda oportunidad a los docentes para añadir retroalimentación o feedback que será de gran utilidad para los alumnos se autoevalúen y concreten sus objetivos.
Susan Brookhart en su libro How to create and use rubrics for formative assessment and grading nos comparte tres interesantes técnicas que nos pueden ayudar en el proceso de evaluación de nuestros estudiantes en el espacio grupal y dentro del contexto del aprendizaje inverso: Feedback del docente añadido a la rúbrica, amarillo y azul se convierte en verde y feedback entre pares.
Feedback del docente añadido a la rúbrica.
El docente puede fotocopiar la rúbrica para su alumnado (la autora recomienda rúbricas generales y analíticas) y dejar un espacio para añadir una anotación o comentario. Entonces, podremos proporcionar feedback a nuestro alumnado redondeando el nivel de desempeño correspondiente al trabajo realizado por el estudiante. En este caso, no tendremos que retroalimentar de nuevo usando ese mismo nivel de desempeño del criterio (ya está marcado), sino que usaremos la sección que hemos dejado para comentarios con el fin de ser más específico en la mejora de dicho criterio.
Amarillo y azul se convierte en verde.
Con esta idea, la autora propone usar marcadores o rotuladores de distintos colores para proporcionar feedback a los estudiantes y que, al mismo tiempo, les sirva para llevar a cabo la autoevaluación sobre su propio trabajo (también pueden subrayar partes del enunciado del nivel de logro en relación con desempeño). En esta ocasión, la autora comparte la técnica “amarillo y azul se convierte en verde” para comparar la evaluación del docente y la percepción del estudiante (autoevaluación) sobre un mismo trabajo, actividad o tarea.
¿Cómo funciona? Los estudiantes usarán marcadores o rotuladores amarillos y los profesores usarán el azul para redondear el nivel de desempeño realizado por el alumnado.
La finalidad es que cuando haya un acuerdo en los niveles de logro en el trabajo del estudiante, el color resultante tras redondear un mismo nivel de desempeño será verde.
Como consecuencia, podremos obtener la siguiente información de un modo rápido y de gran utilidad para el proceso de evaluación en el espacio grupal:
- Si el color que más predomina es el verde, podremos deducir que tanto el estudiante como el docente coinciden o están de acuerdo en los niveles de desempeño evaluados por ambos.
- Si el color que más predomina es el amarillo, podremos interpretar que el estudiante está evaluando en lo que el docente no coincide (el estudiante puede malinterpretar o no comprender el significado del criterio o puede valorar en exceso su trabajo).
- Si el color que más predomina es el azul el docente está considerando un trabajo o un nivel de desempeño que el estudiante no ve o no coincide, por lo que el estudiante puede que tampoco haya entendido bien el criterio o que infravalore su trabajo.
Feedback revisado por parejas.
La evaluación formativa es una fantástica oportunidad para que nuestro alumnado no solo autoevalúe su desempeño orientado a la tarea, sino que además tenga la oportunidad de coevaluarse. Además, es un fantástico momento para compartir puntos de vista, argumentarlos y dar una valoración objetiva del trabajo teniendo en cuenta los criterios de realización y de desempeño compartidos en la rúbrica. Sin duda un momento muy enriquecedor en el espacio grupal dentro del aprendizaje inverso.
Como punto de partida es importante que pidamos a los estudiantes que usen el vocabulario de la rúbrica junto con sus compañeros, ya que interiorizarán mucho mejor el significado de los criterios del instrumento. Además, la autora subraya que es muy importante que esta técnica funcionará mejor en contextos en donde la coevaluación y la mejora siempre serán tenidas en cuenta como oportunidades para y por el aprendizaje. También tendremos en cuenta elementos como compatibilidad y habilidades en la tarea para agrupar las parejas.
Teniendo en cuenta que tu aula disfruta de una cultura orientada al aprendizaje y no a la calificación, aún así deberás preparar a tu alumnado para esta técnica: entender la rúbrica, qué objetivos de aprendizaje se persiguen o llevar a cabo una práctica previa para que se adecuen a esta actividad. Finalmente, la autora detalla cómo llevar a cabo este proceso y compartirlo con el alumnado:
- Mientras das feedback a tu compañero/a:
- Revisa atentamente el trabajo de tu compañero/a: habla sobre el trabajo, no sobre quién hizo el trabajo.
- Usa las expresiones de la rúbrica para describir qué ves en su trabajo.
- Aporta tus opiniones, comentarios y justifica porqué pueden mejorar su trabajo.
- Escucha los comentarios y preguntas de tu compañero/a.
- Mientras estás recibiendo feedback de tu compañero/a:
- Escucha sus comentarios. Tómate tu tiempo para pensar sobre ellos antes de responder.
- Compara los comentarios de tu compañero/a con la rúbrica y decide qué comentarios o valoraciones harás en tu revisión.
- Agradece el feedback a tu compañero/a.
El espacio grupal puede convertirse en una fantástica oportunidad para desarrollar muchas destrezas o habilidades con nuestros estudiantes. Una evaluación bien planificada y orientada al aprendizaje será de gran utilidad para ayudar a todo nuestro alumnado, integrando recursos con los que invitemos a nuestro alumnado no solo a aprender, sino también a reflexionar cómo y para qué aprenden.
Fuentes:
Brookhart, Susan (2013) How to create and use rubrics for formative assessment and grading. Virginia, EEUU. ASCD .
Nilson, Linda B (2013) Creating self-regulated learners. Strategies to stregthen student’s self-awareness and learning skills. Sterling, Virginia. Stylus Publising LLC.
Talbert, Robert (2017) Flipped Learning. A guide for Higher Education Faculty. Virginia, EEUU. Stylus Publishing LLC.
Imágenes: Freepik.
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