Trabajar en el estudio y aplicación de metodologías activas como la Clase Invertida reconozco que es algo muy satisfactorio, pero a la vez muy exigente. Te obliga a cambiar tu filosofía de trabajo de punta a punta y a poner todo literalmente del revés. Este posiblemente sea el curso que más frutos he sacado de este trabajo poniendo en marcha microproyectos con mi alumnado, dando vida y continuidad a mi canal de Youtube, abriendo perfiles en otras redes sociales (Pinterest me tiene enganchado)…

Pero lo que más valoro de este curso ha sido aumentar mi formación y la experiencia enriquecedora de haber acudido a InnoEducation de Murcia a finales de abril. Compartir y a la vez formarte es de lo mejor. Esto hace que te recargues de energías y te animes a seguir y a seguir sin parar. Las vivencias son importantes y ver que lo que pones en práctica no es una rareza si no que se va extendiendo como una marea que ya parece imparable. El hacer que otra escuela es posible.

Es por ello que animo a que la formación en metodologías  activas en el profesorado se extienda aún más. Que la administración educativa se implique y que no lo deje simplemente señalado en el preámbulo de la una ley. Si queremos ir hacia el siglo XXI, si queremos que nuestro sistema educativo sea homologable a los mejores y más avanzados hay que seguir trabajando en la implantación de metodologías más empáticas y enriquecedoras para toda la comunidad educativa. Y la formación e intercambio de experiencias entre el profesorado es fundamental. Y hay que tener voluntad para ello por todas las partes.