The importance of speaking English has been undeniable for quite some time already. It is a great privilege that I, unfortunately, do not enjoy.

Es innegable que, desde hace tiempo, hablar inglés supone una gran ventaja. Privilegio, por cierto, del que yo, desgraciadamente, no disfruto.

I would also say that, as of today, it is not enough to have just some basic knowledge; being able to keep a simple, informal, conversation does not suffice anymore, particularly in the education sector. One needs to have some great knowledge of the language in order to succeed and communicate efficiently.

Diría además que, a día de hoy, no es suficiente tener unas rudimentos básicos que nos permitan mantener una conversación informal sino, y muy especialmente en el ámbito educativo, unas grandes nociones del mismo que nos lleven a desenvolvernos con soltura.

But there is still one more essential language, one we normally overlook and whose importance we often disregard. One that, like it or not, becomes a great advantage for those few who get to master it; the audiovisual language.

Pero hay otro lenguaje, al que muchas veces no le damos la importancia que se merece, y que, nos guste admitirlo o no, supone una grandísima ventaja para aquellos docentes que lo dominan: el audiovisual.

Por un lado están las ventajas de que el alumno disponga de los contenidos en video y de las que ya hablé. Y por otro, las que supone que el profesor haga los videos, que vea ahora mismo:

El video facilita la explicación pues permite insertar en los mismos contenidos audiovisuales, animaciones interactivas, gráficos,…..

El video permite mostrar los procesos y relaciones entre distintos elementos de manera más sencilla.

Se le pueden sumar contenidos audiovisuales que captan la atención de los alumnos y, de hecho, llegan, con un poco de manejo de edición, a ser espectaculares.

Por los motivos anteriores, y es algo muy importante para nosotros, ayuda a la comprensión y el análisis por parte de los alumnos.

Pero hay más:

El lenguaje audiovisual favorece que nuestros alumnos trabajen y desarrollen las competencias claves y facilita, además, introducir criterios de valoración artísticos y creativos.

Mejora, indirectamente, las actividades en el aula y las hace más eficaces pues permite llevar determinados procesos de aprendizaje fuera del aula.

Hace posible que los alumnos que no puedan acudir a clase no pierdan el hilo de la explicación. Incluso posibilita que los alumnos puedan seguir la explicación cuando es el profesor el que no puede acudir al aula.

El lenguaje audiovisual es familiar para nuestros alumnos y, como hemos visto anteriormente, nos facilita la tarea de explicar los conceptos permitiendo atender a otras necesidades específicas de la labor docente más allá de la clase magistral.

Por último, sirva el siguiente video como un reconocimiento para todos aquellos docentes que tantas y tantas horas le dedican (y han dedicado) a dominar este lenguaje (imprescindible en nuestros días), especialmente a todos aquellos que sin ser tan mediáticos son igual de buenos que los que lo son:

¿Te animas a  “hablar” en este lenguaje?