Cuando introducimos elementos en el aula “innovadores”, es decir, elementos que antes no estaban en nuestra aula, las familias los suelen acoger con incertidumbre… Salvo que a nivel mediático haya un gran apoyo, los padres y madres suelen creer que es un “capricho” del tutor de turno, que no se trabaja tanto, que es una pérdida de tiempo,…

Hace seis años decidimos cambiar por completo el enfoque de 1º y 2º de primaria, pasando de una educación más tradicional: de las asignaturas, a un enfoque de trabajo por proyectos integrados, cambiamos la disposición del aula, el tipo (y la cantidad) de tareas complementarias que pedíamos para casa, introdujimos el método ABN y plataformas TICs para matemáticas, dimos más peso a la expresión oral en todas las asignaturas, adoptamos una visión más constructivista de los procesos de lectoescritura,…

Nos marcamos 2 años para ir haciendo el cambio, ir modificando poco a poco nuestras programaciones para ir introduciendo las propuestas de manera pensada y ordenada. Dedicamos una gran cantidad de nuestro tiempo para hacer un diseño pensado, consensuado y razonable.

board-1521348__180 Aunque a las familias se les informó del proceso a principio de curso, a la hora de la verdad, todo se volvió en contra… A finales del primer trimestre comencé a recibir un montón de quejas: las familias no entendían que los deberes no fueran iguales para todos, que se mezclaran las asignaturas y tuvieran que hacer operaciones en naturales o definir en matemáticas, que los niños usaran un algoritmo distinto al suyo para sumar o restar, que salieran contentos del colegio y como resumen de todo el día dijeran que habían jugado,…

Cierto es que dediqué mucho tiempo a diseñar, programar, pensar, reflexionar sobre lo que estaba haciendo pero dediqué poco a difundir y explicar a las familias… Ese año lo salvé como pude, mandando circulares e intentos de explicaciones a las familias que no terminaron de funcionar.

Por ello, al año siguiente me planteé otro camino… En lugar de mandar cartas y circulares a las familias comencé a grabar las explicaciones de lo que trabajábamos en clase, sobretodo los cómos y los porqués, y a través del correo y de un sitio en internet hacérselo llegar a los padres. Ese año invertí el tiempo en un cierto “marketing” de lo que ocurría en el aula para que las familias “remaran a favor”.

https://youtu.be/AUvo5YK9aL8?list=PLWUMNE55ku1SSNDm33QhMMMU3CpPN5YxZ

En la semana siguiente a la reunión general de principio de curso, acordé tutorías personales con todas las familias para explicarles el canal de comunicación, el sitio web, en donde estaría toda la información de lo que ocurría en el aula, donde colgaría los deberes, o más bien, las propuestas de cómo trabajar con sus hijos en casa,… A lo largo del curso convocaba reuniones generales para explicar el proceso de cambio, la evaluación de las innovaciones introducidas hasta ese momento, creaba vídeos con el trabajo de aula de los niños, etc.

La verdad fue muy interesante y obtuve un gran resultado. Las familias veían los vídeos con sus hijos, aprendían con ellos, y comenzaron a usar el mismo lenguaje que se usaba en el aula.