La propuesta del enfoque de la clase inversa como metaestrategia permite el hecho de que podamos implantar en el aula metodologías activas con las que nuestros alumnos puedan desarrollar sus habilidades o destrezas cognitivas. En consecuencia, los docentes podemos inclinarnos por opciones que tengan más presencia en el tiempo o bien llevar a cabo dinámicas de aula enriquecedoras con las que nuestros estudiantes puedan aplicar no solo su espíritu crítico, sino además promover el pensamiento independiente de los estudiantes. Ello conllevaría el trabajo de contenidos tan importantes como el respeto a la opinión de los demás o el saber escuchar. En este sentido, una de las dinámicas que favorece este tipo de ambiente de trabajo es el aula socrática.

Pero, ¿en qué consisten? En líneas generales, podemos definir un seminario socrático como un espacio de reflexión en el que los estudiantes no solo desarrollan aspectos metacognitivos, sino también una experiencia de aprendizaje profundo. Para que esto sea posible, el profesor debe hacer una cuidadosa y planificada selección de textos para ser trabajados en el aula. Así pues, ¿qué entendemos por cualquier tipo de texto? Puede ser un texto literario, un texto artístico, una imagen, una obra de arte, un poema, un vídeo…etc. Creo que la sentencia de Sócrates, “Solo a partir de la ignorancia es posible buscar el conocimiento” puede dar pie para que el profesor cree un ambiente de reflexión y de exposición tras la selección de un tema atractivo que “conecte” con nuestros estudiantes.

El aula socrática se divide en tres fases o momentos que el docente debe tratar con la confección de preguntas que sirvan de guía a cada etapa. En primer lugar, comenzamos con la pregunta de apertura. El profesor debe tener preparadas, al menos, dos de ellas para asegurarse que “enganchen” a los estudiantes y así poder trabajar con ellos los aspectos más importantes o destacados del texto que se ha compartido con el alumnado. A continuación, es el turno de las preguntas de seguimiento. Es aquí cuando el docente lleva o guía a sus estudiantes hacia conceptos más profundos del texto presentado. Por lo tanto, el docente buscará aquí elementos como la metacognición o el espíritu crítico del estudiante. ¿Cómo conseguimos esto? La confección de las preguntas es clave para poder enlazar tanto los contenidos que perseguimos con el entorno más cercano del alumnado; por ejemplo, trabajar el tema del amor tomando como “gancho” un poema renacentista e invitar a los estudiantes a que den su opinión sobre determinados versos, qué título alternativo le pondrían y por qué o exponer qué tópicos o temas se trabajan en el texto. Finalmente, la pregunta de cierre será solo una. El final de la experiencia socrática debe servir para que el docente consiga una reflexión final y global del texto trabajado. Por ejemplo, ¿os sentís identificados con el tema del texto? En el mapa conceptual siguiente, se aportan tanto las fases del aula socrática, como algunos ejemplos de preguntas para cada una de ellas.

La estructura del aula socrática se compone esencialmente de dos círculos concéntricos en donde el profesor, como uno más, ocupa un lugar dentro del círculo interior, donde comparte espacio con el alumnado que mejor haya trabajado el texto o vídeo propuesto. En el círculo exterior se situarán los alumnos que hayan tenido más dificultades en el trabajo del texto. Debe dejarse un espacio libre en el círculo interior para que aquellos estudiantes que quieran aportar sus valoraciones. Una vez hecho esto, podrán volver a su sitio en el círculo exterior. Los alumnos que no hayan trabajado el material propuesto por el profesor se sentarán en el círculo exterior tomando apuntes de los aspectos más destacados o comentarios que más les llamen la atención. Pueden participar en el seminario siempre y cuando tengan el permiso del profesor y hagan esta tarea adecuadamente. En este vídeo puedes ver el desarrollo de un aula socrática.

Los seminarios socráticos adquieren un carácter de evaluación “permanente, cíclica, continua, cooperativa e integral” (Manual para seminarios socráticos, Alejandra Eyzaguirre et al. Cuatro Vientos Editorial) por lo que el planteamiento de un aula socrática contiene elementos que van más allá de los contenidos, tales como la cooperación, la colaboración, el respeto o la argumentación. En este sentido, tendremos en cuenta los contenidos previos al seminario (15%), el desarrollo del seminario en sí (70%) y las actividades posteriores de profundización como consulta de otros textos del mismo tema (15%). Comparto una propuesta de planificación de aula socrática que puedes descargar aquí.

Para concluir, la puesta en escena de un seminario socrático reta al docente a la creación de un espacio que invita a la reflexión y al aprendizaje conjunto, en donde el elemento significativo adquiere un aspecto de motivación por parte de los estudiantes. Los seminarios socráticos (tan antiguos y actuales a la vez) se presentan como una fantástica oportunidad para viajar con nuestros estudiantes más allá del recordar y del comprender.

Esto es posible gracias al enfoque de la clase inversa como metaestrategia de metodologías activas y que, en breve, podrás profundizar en ello en el Curso de certificación Nivel II en Flipped Learning junto con otras propuestas para el aula compartidas por fantásticos docentes.