Cada día más escuelas están poniendo en marcha  algún tipo de  proyecto de implementación de dispositivos móviles. Por lo general, son dispositivos basados en iOS (iPad-Apple) y Android (múltiples fabricantes) los elegidos cuando se trata de implementaciones 1:1 (cada estudiante dispone de su propio dispositivo). Se trata de proyectos muy ambiciosos y con un gran nivel de impacto; ya no no se trata simplemente de incorporar un nuevo dispositivo tecnológico, se va mucho mas allá, estamos considerando un cambio cultural y transformador en el modelo pedagógico, que tiene unas importantes implicaciones para la familia y la escuela (cómo los padres y madres perciben el aprendizaje de sus hijos), y también supone una re-definición del proceso de enseñanza-aprendizaje, incidiendo en la percepción que el docente tiene sobre su propio rol,  el papel de la tecnología, la diferenciación en el aprendizaje, el sentido de la evaluación… Todos estos factores suelen conducir frecuentemente a la adopción de modelos Flipped como el «ecosistema» mas coherente a la hora de desplegar estos proyectos.

Partiendo de la experiencia adquirida por el análisis de los centros educativos que ya han comenzado este tipo de proyectos, podemos destacar estas 9 causas que hacen poco viable, o en algunos casos, imposible, lograr el éxito.

1) Están diseñados sin una buena política:

Nos estamos refiriendo a una política bien pensada, definida y que esté por escrito. Es necesario que todo el mundo conozca en cualquier momento qué queremos conseguir, cómo lo queremos hacer y cómo vamos a saber si lo estamos consiguiendo o no. De lo contrario y con seguridad, generaremos mas problemas de los que queremos solucionar. Así que, asegúrese de cubrir todas las bases, contar con las personas necesarias y definir los plazos, los objetivos y los indicadores más relevantes.

2 ) La infraestructura tecnológica no acompaña el despliegue del proyecto:

Este es el paso más importante en el uso de cualquier nueva tecnología en las aulas y, especialmente, cuando hablamos de dispositivos móviles. Hay que verificar  la  intensidad de la señal WIFI, la recurrencia de muchos dispositivos conectados a la vez (distribución) , así como la capacidad de conectividad (puntos de acceso). Si la red inalámbrica no está debidamente preparada para apoyar a todos estos dispositivos y se producen caídas repetidas de la red, tengamos presente que esto va a influir en la percepción negativa de los docentes y de las familias. Además, hay que analizar el grado de compatibilidad y complementariedad con otras tecnologías presentes en los colegios, como las pizarras digitales, los sistemas de gestión del aprendizaje (LMS), los contenidos digitales en distintos formatos, las herramientas de autor para generar contenidos compatibles con los dispositivos, etc.

3 ) Se descuida la logística y la organización:

Suele ocurrir que la institución o las propias familias no deseen permitir la utilización, por parte de sus alumnos, de determinadas apps, ciertos contenidos, o que se pueda acceder a determinados servidores internos. Es necesario el control de acceso, basado en roles, por lo que el sistema deberá configurar la integración de servicios de directorio y ser capaz de asignar roles a los usuarios; estudiantes, profesores , etc. Existen actualmente soluciones tipo MDM (Mobile Device Management) que permiten a los responsables educativos y a los propios padres regular la utilización de los dispositivos dentro y fuera del entorno educativo.

4 ) Falta de planificación:

Una de las razones por las que la implementación 1:1 falla es porque el uso es arbitrario y, a menudo, basado en decisiones más propias del márketing (qué «cool» es este colegio) que de auténtico calado educativo (eficacia). Para que el proyecto tenga éxito, es importante que los profesores entiendan cómo INTEGRAR estos dispositivos en su docencia y no sólo utilizarlos  de forma esporádica por el simple hecho de justificar su compra. Para ello son necesarias tres cosas: a) el diseño de actividades basadas en DM y que se pongan por escrito en la programación del docente; b) la comunicación periódica, sistemática y formal (tipo talleres) entre profesores inmersos en el proyecto para intercambiar información sobre la percepción de la eficacia pedagógica de las actividades programadas y; c) identificar evidencias del logro potencial, tanto de tipo objetivo como subjetivo (apps creadas o analizadas, materiales generados, mejora en los resultados..).

Sigue…