El vídeo habla por sí solo, aunque uno no comprenda lo que en él se dice, se ve cómo un gran proyecto que los alumnos de una Escuela de Secundaria lleva a cabo va mucho más allá de lo imaginable en nuestras fronteras. El secreto: implicación de los alumnos. Aquí vemos sueños cumplidos.

La diferencia con cualquier facultad -exacto, facultad- de Comunicación es que, además, la puesta en escena es real. Alumnos desde 14 años de edad se encargan no ya de la música (canción, cada instrumento, voces) sino de iluminación, sonido, escenario, carteles y entradas, absolutamente todo. Esto sí es darle la vuelta a la clase.