Las siguientes tres entradas han sido adaptadas de un post de la página Playing in the sandbox y tratan de la necesidad de incorporar un adecuado diseño instruccional en la creación de contenidos digitales. Como sabemos, iBooks Author (IBA), es una de las herramientas de creación de «libro digital interactivo» mas versátiles  y potentes que podemos encontrar en el mercado de las herramientas de autor. Sin embargo, creemos modestamente que el auténtico valor de esta herramienta NO es la creación misma del libro (en contra de lo que muchas empresas editoriales y educativas están haciendo: UNA SIMPLE SUSTITUCION), sin contemplar el potencial TRANSFORMADOR de la herramienta en el proceso de aprendizaje de los alumnos.

Menos es más…

Normalmente los profesores que utilizan IBA incluyen los siguientes elementos en una página: texto, los términos definidos, elementos interactivos, un video para verlo, una hoja de tareas, y un enlace a un cuestionario en línea. Además de los contenidos también hay las barras de color (del diseño de las plantillas) en la parte superior e inferior de la página. ¿Es esto demasiado?

design

¿Abrumador a la vista? ¿Confuso? ¿Habría que plantearse por dónde empezar y qué incluir en cada página?. Puede ser que sí…

Esto puede parecer obvio para los diseñadores, pero no para los maestros, que puede tardar un poco para dar un paso atrás y reconocer el lío en el que se está metiendo cuando improvisamos contenidos en espacios reducidos y en un orden que no tiene sentido para el usuario final.

Seamos realistas, muchos de nosotros enseñamos a nuestros estudiantes aspectos formales sobre sus materiales (sobre todo  cuando tienen que crear una presentación), agregar brillo, transiciones, imágenes y efectos innecesarios, etc. Somos culpables de enseñar este estilo de diseño y cuando se trata de la creación y el contenido de los materiales solemos ser tendentes a  romper la regla de «menos es más». Lo que no nos damos cuenta es la confusión cognitiva que una página desordenada ofrece en términos de la experiencia del usuario final. No nos damos cuenta del poder de los espacios en blanco para llamar la atención del lector sobre un área de la página, una tarea que cumplir, un contenido para asimilar y procesar.