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Preguntas y preocupaciones de los estudiantes
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La clase inversa requiere un entrenamiento muy básico. Según la experiencia del autor del artículo, Dan Spencer, muchos estudiantes están acostumbrados a que la información se les dé masticada. Muchos funcionan bien en la escuela, lo que no quiere decir que realmente aprendan. Debemos ayudarles a centrarse en aprender de verdad, no sólo en moverse bien en la escuela.
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Aunque no les va a gustar, no pasa nada por pedirles que repitan una tarea que ya han terminado pero que sabemos que no han comprendido, es incluso necesario. Esto es un gran cambio para aquellos alumnos que tienen la mentalidad de “… pero si ya lo he terminado…”, pero es crucial para su trabajo. No hay que preocuparse, se acostumbran enseguida y eso hace que cambie totalmente la cultura de aprendizaje de la clase.
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Spencer nos cuenta una interesante anécdota: en el curso 2010-2011 enseñaba química usando el formato in vertido. Estuvo con estos alumnos durante la primera parte del curso, la segunda parte cambió de centro y le sustituyó un profesor muy tradicional. Una estudiante en concreto aprovechó siempre que pudo para decirle lo poco que le gustaba cómo les estaba enseñando. Su madre fue un día a verle (muy preocupada) acerca de “su experimento”. Cuando dejó la clase estaban muy contentos de volver a su antigua situación, les resultaba cómoda por conocida. Después de cuatro meses, la misma alumna se acerca a Dan y le cuenta cuánto había echado de menos la clase inversa que había puesto en marcha. Había aprendido a apreciar la libertad que le había dado para aprender a su ritmo y la posibilidad de elegir de qué forma aprender el contenido.
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