Enlazando con una entrada anterior en la que hablábamos de cómo facilitar a nuestros estudiantes su potencial creativo, revisando, leyendo, conectando ideas, nos parece interesante incidir de nuevo sobre el tema ahora que termina el curso y toca hacer memoria y aportar ideas que mejoren la calidad el que viene.
Los tableros de actividades y el perfil del profesor moderno nos pueden animar todavía más. Sin miedo a equivocarnos (aunque lo haremos algunas veces, seguro) y con una oferta interesante para nuestros alumnos, no me cabe duda de que el curso que viene descubriremos a alguien especial en nuestra clase que pasa desapercibido y necesita este apoyo.
Una anécdota, pobre en apariencia pero que a mí sirvió mucho esta semana: Una alumna de 5º de primaria aparentemente desmotivada (si, he dicho 5º…) debía colaborar en la producción de preguntas para una prueba final de Science. Esta actividad requiere buen nivel de análisis del material y síntesis; las preguntas debían ser algo elaboradas y conectando distintas ideas. Además pedía que se formularan en un buen inglés. Todo ello prometía, parecía que tenía los ingredientes necesarios para activar a los alumnos, que podían encontrar dichas preguntas en el examen final. Mi alumna no tenía ganas de hacerla hasta que le dije que podía cambiar el formato; entonces produce buenas preguntas con pegatinas de colores, bien formuladas e interesantes. Muy distintas a todas las demás.
Es un detalle. pero, ¡No me digan que no es revelador! Si esto lo elevamos a un nivel más complejo ¿Qué nos hemos perdido? Esto me preocupa. Por eso, volveré a anotar algunos aspectos de la creatividad que no debemos dejar que se nos escapen.
Casi en cualquier fuente, uno se encuentra que los indicadores de la creatividad se repiten. Elegiré algunos de ellos para comentarlos. En este caso, he consultado esta página .
Originalidad es el primero. En la escuela, en gran parte de las materias, se pide uniformidad en las respuestas a las pruebas, en los trabajos de clase. Cuidado. Ofrezcamos una parte de resolución creativa en trabajos y pruebas. Evaluemos la capacidad de resolver de forma creativa. Deberíamos añadir una columna en nuestros cuadernos de notas o rúbricas en la que aparezca este criterio. En la fuente consultada se menciona la conexión entre originalidad y evolución.
Iniciativa. Creo que el profesor medio mata la iniciativa, nos molesta que un alumno salga de la rutina que hemos planeado. No es raro que tengamos impuestos uno planes que no nos podemos saltar. Además, es incómodo para el profesor. Consejo: busquemos el momento. La persona creativa tiene que sentirse aceptada y reconocida. Hay tiempos que podemos dedicar a esto. El recreo, ¿Por qué no? Los miércoles de 11 a 11:30 momento de crear. Veremos el resultado más adelante.
Fluidez se refiere a la capacidad de producir ideas de forma continua y espontánea. Vuelve a plantearse el problema del tiempo y el lugar. Un alumno con tales ideas puede tener un cuaderno de ideas que anotar. Podemos compartir con el resto de la clase en otro momento, dando así protagonismo al alumno creativo y logrando que se fortalezca ese don. En todo caso, nos puede ayudar a crear tableros de actividades, como
ejemplo.
Divergencia es la capacidad de ver las cosas desde distintos puntos. Volvemos a la búsqueda del momento. Estas personas creativas tienen grandísimo potencial en trabajos por proyectos o en equipo. Tratemos de darles papeles de liderazgo para que activen al resto del equipo.
Flexibilidad: necesaria para adaptar las nuevas ideas al momento y las circunstancias. Permitamos que nuestros alumnos rompan barreras. Tratemos de que trabajen con argumentación, asociaciones diversas y enumeración de consecuencias. Además, fomentamos el espíritu crítico.
La creatividad tiene que adquirir un papel protagonista en la educación. En este momento, no sirve ya el método memorístico y de reproducción, sino de creación. Nuestro modelo de sociedad ya no busca como antes gente capaz simplemente de fabricar, sino de crear