Uno de los recursos que están más a la mano a la hora de crear nuestros vídeos flipped son las presentaciones que hemos creado anteriormente para nuestras clases. Gracias a la variedad de apps o herramientas integradas en muchos recursos TIC podemos fácilmente grabarles nuestra explicación y ser finalmente convertidas a vídeo.

Podemos también, entre otras opciones y formatos, crear nuestra propia presentación que satisfaga nuestras necesidades docentes para nuestro alumnado. En consecuencia, no debemos ser expertos en creación y edición de vídeo para conseguir un buen vídeo, sino que es conveniente tener en cuenta una serie de factores para que el equilibrio entre lo visual y lo verbal consigan una efecto motivador y “enganche” a nuestros estudiantes. De igual modo que una extensa exposición instructiva puede hacernos perder la atención del alumnado, igualmente lo podemos conseguir con un vídeo. Debemos movernos en ese equilibrio para usar la herramienta o recurso adecuado para un momento del aprendizaje en concreto.

En este sentido, he recuperado una entrada en E-Learning Industry en la que se dan una serie de consejos que nos pueden ayudar a mejorar nuestras presentaciones. Tras revisarlo, me he dado cuenta de que se puede aplicar perfectamente a aquellos docentes que muestren interés en comenzar a crear su propio contenido a partir de presentaciones para sus asignaturas.

  • Mucho texto. Sin duda alguna, creo que es el error más común a la hora de crear una presentación. No deberíamos centrarnos en el exceso de información verbal que, incluso, puede llegar a ser irrelevante. Además, dejaríamos de lado dejar espacio al lenguaje visual mediante imágenes, infografías, ilustraciones…etc.
  • Fuentes erróneas. Del mismo modo que ocurre con el punto anterior, la elección de una fuente que nos cueste leerla puede hacer que perdamos interés en seguir la presentación. Deben evitarse fuentes que tengan una letra estrecha o, lo contrario, excesivamente redondas o en negrita. En definitiva, deberíamos tener en cuenta aquellas que sean simples, limpias, finas y fáciles de leer.
  • Baja calidad multimedia.  Es importante que cuidemos la búsqueda del material multimedia que vamos a usar en nuestros vídeos. Una buena elección de los recursos teniendo en cuenta una correcta resolución, definición y colores vivos que atraigan la atención de nuestros estudiantes. Además, tanto los vídeos o audios insertados deben comprenderse con calidad. En caso contrario, el vídeo perderá efectividad.
  • Mal contraste. Este es un elemento importante ya que añade un equilibrio global a nuestra presentación y tiene un impacto significativo sobre el resultado final. La regla es simple: si el fondo es oscuro, usaremos letras claras y viceversa. Además, deberemos evitar la combinación de colores en un mismo grupo de palabras o área determinada. Finalmente, para ahorrar tiempo puedes instalar plantillas predeterminadas con las que lograrás un efecto estupendo.
  • Movimientos y transiciones. Estos son dos elementos que hacen que consigamos efectos estupendos para nuestras presentaciones, resultando en un vídeo fantástico y dinámico. Sin embargo, no debemos abusar de este recurso ya que podemos conseguir un efecto distractor si los usamos en varias ocasiones dentro de una misma diapositiva. Selecciona movimientos y transiciones simples, elegantes y visuales. No se trata de que tengan más protagonismo que el contenido que queremos compartir.

Como conclusión: lanzarse a la creación de vídeos no es un proceso sencillo ya que requiere tiempo, esfuerzo y planificación, entre otros. Usar nuestras presentaciones como punto de partida es una magnífica opción con la que actualizar y enriquecer nuestras presentaciones.

Comparto una infografía en la que detallo visualmente lo desarrollado en esta entrada. Espero que te guste.