La Escuela necesita a la Familia. La Escuela es poca cosa sin la Familia. Y, lógicamente, la Familia necesita a la Escuela. Como docentes, tenemos el deber y la obligación de infomar a las familias de cómo van a aprender sus hijos y de cómo los vamos a evaluar. Contar con la familia es, por tanto, una necesidad y un deber. Normalmente, la relación Familia-Escuela se manifiesta, lamentablemente, de manera caricaturesca y simplista, reflejando o enfrentamiento o la despreocupción y la dejadez de las familias en lo que se refiere a la educación de sus hijos. Sin embargo, por mucho que la caricatura se haya extendido, no es lo más frecuente. Al menos esa es la visión que como directivo escolar y como docente he tenido y tengo. Si bien es cierto que he visto aumentar las actitudes reacias de las familias hacia la Escuela y hacia los docentes. Pero, siempre como casos aislados y no generalizados. Y todo esto creo que se produce porque hay una gran falta de comunicación, porque cuando esa comunicación se produce y es sincera, abierta y mutua, todo marcha mucho mejor.
Por eso, desde que empecé a utilizar la clase invertida en 2º de bachillerato, lo primero que hago es reunirme con las familias para explicarles cómo van a aprender sus hijos, justificar la utilización de esta estrategia metodológica desde el punto de vista normativo y pedagógico y tranqulizarles con respecto a la amenazante y antipedagógica selectividad. Y la respuesta de las familias siempre ha sido de sorpresa, entusiasmo y tranquilidad.
Ayer me reuní con las familias del curso de este año que, además, es mi tutoría. Podemos estar tranquilos. Les gusta la idea y se sorprenden de que no se utilice más esta metodología. Os dejo la presentación que he utilizado.
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