Uno de los retos de la enseñanza de las Ciencias actualmente (y siempre) en los colegios ha sido el que los alumnos sean capaces de aprender la metodología inherente al método científico. Es decir, que aprendan y sigan los pasos que van desde la observación de un fenómeno, a la elaboración de una hipótesis y su posterior corroboración o refutación.

Como docente, una de las dificultades que te puedes encontrar es que, con grupos numerosos, es difícil realizar prácticas en el laboratorio de tu colegio que permitan al alumno desarrollar esta metodología.

En mi caso, gracias a la metodología Flipped Classroom y al uso de simuladores virtuales, he conseguido que los alumnos puedan realizar trabajos prácticos que serían imposibles de llevar a cabo en un laboratorio escolar.

En una entrada anterior en esta web comenté cómo utilizaba la metodología Flipped Classroom para diseñar y realizar prácticas presenciales en el laboratorio (AQUÍ puedes leer esa experiencia)

 

Una de las ventajas que más valoramos los docentes cuando utilizamos la metodología Flipped Classroom es que, al trasladar el estudio de los conocimientos teóricos al espacio de trabajo individual del alumno, es posible dedicar más tiempo al trabajo (individual o grupal) en el “espacio clase”. Ahora tendremos, por tanto, tiempo para realizar prácticas en el laboratorio pues ya no hay que dedicar tanto tiempo como antes a explicarlo todo en clase.

La secuencia básica para aplicar esta metodología en la realización de prácticas de laboratorio virtuales podría ser:

  1. Comenzar con una breve explicación del docente que sitúe al alumno ante la práctica que va a realizar: objetivos, conocimientos teóricos que necesitará, producto final que deberá entregar, forma en la que será evaluado…
  2. Actividad individual en la que el alumno estudie o repase los contenidos teóricos que necesitará manejar para la realización de la práctica de laboratorio. Esta actividad podría realizarse en casa (previo a la sesión de clase) o bien al comenzar la actividad en el aula.
  3. Para comprobar que el alumno ha entendido y domina los contenidos teóricos necesarios el docente le realizará algunas preguntas; estas pueden ser directamente formuladas en el aula o podrían estar insertadas dentro del vídeo o documento que ha tenido que estudiar previamente.
  4. A continuación, el alumno realiza las tareas que corresponden a la realización de la práctica virtual. Esta etapa podría durar una o varias sesiones de clase, en función de cada práctica.
  5. Tras la realización de la práctica y las actividades correspondientes yo recomendaría que el docente fomentase un momento de discusión de los resultados. Esto podría hacerse, en primer lugar, entre los alumnos para que comparen los resultados obtenidos por cada uno y, posteriormente, podría haber una discusión moderada por el docente para resaltar las conclusiones que más le interesan de cara alcanzar los objetivos de la práctica.
  6. Por último, me parece importante que el docente fomente los procesos de metacognición en el alumno mediante la autorreflexión y autoevaluación del trabajo que ha realizado. Para esto ayuda enormemente la utilización de rúbricas para la calificación (y que el alumno conoce antes de realizar dicha práctica)

 

Para organizar y secuenciar todo esto, lo mejor es reflejarlo (paso por paso) en un guión o protocolo de la práctica a realizar. En mi caso, utilizo la herramienta “Documentos” de Google pues me permite (usando Google Classroom) enviar una copia editable a cada alumno, ver el trabajo que van realizando en cada sesión de aula y añadir o resolverles comentarios que van poniendo sobre las dudas que les van surgiendo. En ESTE ENLACE puedes ver un guión de una práctica que hicieron mis alumnos sobre los efectos de la Selección Natural en los peces de un acuario.