La mala gestión económica del hogar, los préstamos por los que pagamos mucho más de lo que deberíamos cada fin de mes, el «dinero plástico» que usamos bajo la falsa idea de tener mayor liquidez, la terrible gestión de las hipotecas, entre otras; son algunas de las alertas que nos hacen pensar en la importancia de formar a las futuras generaciones en la adecuada gestión de las finanzas, en la llamada: Educación Financiera.

En diferentes países se ha ido incorporando, dentro del currículo, tópicos asociados a la educación financiera, alertados principalmente por los resultados de la prueba PISA, considerada ya un estándar internacional que se incluye como factor de análisis en casi todos los sistemas educativos del mundo.

Algunos países han tomado medidas inmediatas incorporando la Educación Financiera como un elemento de formación prioritario en las escuelas; pero, lo preocupante es que algunos otros países no, bajo la premisa de que los estudiantes escolares podrán ser capaces de hacer análisis económicos, financieros y contables básicos, con lo que aprenden en el curso de Matemática (¿?), o los cursos de Sociales (¿?) (Historia, Geografía y Economía). Si bien es cierto, esta idea es posible, solo se lograría mediante la metodología de Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) o un trabajo articulado muy minucioso entre aŕeas, pero como sabemos, cada materia se dedica a lo suyo, casi siempre.

Nunca olvidaré a mi profesor de Finanzas, en la Universidad de Lima, decirnos el primer día de clase, la frase atribuida a George Buchanan: «Un tonto y su dinero pronto se separan». Salvo las partes que conforman nuestro cuerpo, todo lo que tenemos ha sido comprado, directa o indirectamente. TODO. Entonces, ante esa inobjetable realidad, ¿no creen que es extremadamente importante que las personas sepan gestionar su dinero y recursos? Así es: SÍ. Y esta formación debe iniciar en las escuelas a través de proyectos de trabajo serios que unan a maestros de diversos niveles y áreas; pensando en el futuro, en el perfil de egresado enunciado en la misión de la escuela.

Manos a la obra entonces, ayudemos a la escuela a valorar la importancia de la Educación Financiera como parte fundamental de la formación de un estudiante, porque vivirá en un mundo que, en ocasiones, no le dará segundas oportunidades ante los errores cometidos a ese respecto, o las consecuencias serán muy duras.