Si nos proponemos diseñar actividades «flipped» para atender a las diferencias individuales de los alumnos, nos daremos cuenta de que ambos aspectos son caras de la misma moneda: lograr un aprendizaje de calidad.
Podemos imaginar la acción del profesor como la de un ecualizador, en la imagen de mas abajo puedes imaginar los botones como las necesidades de los estudiantes fruto de sus diferencias individuales, para ajustar las posibilidades de un modelo (flipped), con determinada metodología y con la ayuda de las TIC.
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