Flipped Classroom como política pública educativa. La experiencia argentina

Este es un artículo de Miguel Sedoff. (Diseñó y dirige el Programa de Innovación Educativa del Ministerio de Cultura, Educación, Ciencia y Tecnología de la provincia de Misiones, República Argentina) @miguel_sedoff 

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  1. UNA DECISION POR LA EDUCACIÓN SIEMPRE ES UNA DECISIÓN POLÍTICA.

Las políticas públicas son conjuntos de objetivos, decisiones y acciones que lleva a cabo un gobierno para solucionar los problemas que en un momento dado los ciudadanos y el propio gobierno consideran prioritarios, en este caso, la educación.

Cuando planteamos este Programa lo hicimos como una decisión estratégica, una política de Estado destinada a trascender el paso del tiempo o los cambios de gobierno en el interés fundamental de toda la comunidad.

En las últimas décadas, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han modificado sustancialmente las relaciones sociales en todos sus aspectos. Formar parte de esta nueva sociedad, no estar excluido, implica, cada vez más, poder participar activamente a través de las nuevas tecnologías.

En una sociedad con fuertes desigualdades como la nuestra, la escuela es el medio privilegiado para democratizar el acceso al conocimiento. Esta situación le otorga al Estado una nueva responsabilidad, la de preparar al sistema educativo para que forme a sus estudiantes en la utilización comprensiva y crítica de las nuevas tecnologías ya que educación con TIC no es solamente el uso instrumental de las nuevas tecnologías, implica también el aprendizaje de competencias de gestión de información, comunicación, intercambio con otros en un mundo global, capacidad de innovación, y actualización permanente. Estos objetivos exceden aunque incluyen las habilidades informáticas. Deben incluir, por lo tanto, un conjunto de propuestas didácticas que apunten a formar a los estudiantes para un escenario en el que existe cada vez mayor información disponible.

Debemos evaluar la articulación de las TIC por parte de un gobierno decidido a utilizarlas de manera inteligente con una serie de indicadores tales como:

  • Grado de relación entre los componentes que forman parte de la política.
  • Alcance, destinatarios y beneficiarios de la política, impulso al desarrollo de medidas complementarias de gobierno, etc.
  • Articulación entre objetivos y alcance de la política, institucionalidad y planificación estratégica.
  • Innovación. Estrategias novedosas, cambios suscitados con la política.

Desde este punto de vista, el Programa cumple con todos estos indicadores, ya que integra conectividad, dispositivos, formación docente y producción de contenidos (integralidad), se aplicará en una primera etapa en 100 escuelas técnicas (escala), cuenta con presupuesto asegurado, articulación con otros organismos del Estado y marco normativo vigente (sustentabilidad) y plantea la introducción de la flipped classroom (innovación).

En el contexto sociocultural de nuestra provincia, la educación es una variable que define el ingreso o la exclusión de los sujetos a las distintas comunidades porque el ámbito escolar sigue siendo un espacio privilegiado para el conocimiento e intervención sobre los fenómenos complejos necesarios para la convivencia y el cambio social.

Es por ello que el ingreso de las TIC a la escuela se vincula con la alfabetización en los nuevos lenguajes, el contacto con nuevos saberes y la respuesta a nuevas demandas del mundo del trabajo.

La integración pedagógica de las TIC también exige formar capacidades para la comprensión y participación en esta realidad mediatizada. En este sentido, la formación sistemática resulta una oportunidad para jóvenes y adultos de convertirse tanto en consumidores reflexivos como productores culturales creativos. Es una oportunidad para desarrollar saberes y habilidades que el mero contacto con las tecnologías y sus productos no necesariamente genera.

Por otra parte, la relevancia política del rol inclusivo de la escuela en torno a la problemática de las TIC está plasmada en la Ley de Educación Nacional (Nº 26.206) cuando dice en sus arts. 7 y 8 que el Estado “garantiza el acceso de todos/as los/as ciudadanos/ as a la información y al conocimiento como instrumentos centrales de la participación en un proceso de desarrollo con crecimiento económico y justicia social”, y sostiene que “la educación brindará las oportunidades necesarias para desarrollar y fortalecer la formación integral de las personas a lo largo de toda la vida y promover en cada educando/a la capacidad de definir su proyecto de vida, basado en los valores de libertad, paz, solidaridad, igualdad, respeto a la diversidad, justicia, responsabilidad y bien común”. 

De allí que las políticas públicas requieren tener en cuenta a las instituciones y a los sujetos en situación. Cuando en la actualidad se habla de igualdad en la escuela, se piensa en una igualdad compleja. Una igualdad que habilita y valora las diferencias que cada uno aporta como ser humano. De este modo, la escuela en tanto agencia social se reinserta en la dinámica cultural. Se revitaliza como espacio público fértil para la ciudadanización de los problemas de la comunicación.

Es que con la integración de las TIC a proyectos transversales y significativos, la escuela se acopla a distintos movimientos de la sociedad civil que juegan un rol vital en la protección y promoción de la diversidad de las expresiones de la cultura y del acceso al conocimiento.

Por último, no debemos olvidar que toda innovación educativa propuesta por el Estado depende de un liderazgo fuerte que sostenga la novedad ya que sin una visión estratégica de largo alcance es difícil que los diferentes actores del sistema educativo se comprometan con el cambio.

La experiencia de las organizaciones y las naciones que han tenido éxito en alcanzar sus misiones fundamentales indica que en cada caso el uso apropiado de las TIC ha sido un factor determinante en el fortalecimiento de sus capacidades para enfrentar los problemas que surgen de la complejidad del mundo actual.

El resultado de estos procesos ha convertido a las TIC en instrumentos transversales a la sociedad, es decir, penetran y se integran prácticamente en todas las actividades y sectores de la misma, y hoy no es posible prescindir de ellas, puesto que pautan el tiempo, la manera de trabajar, aprender, comunicarse y en consecuencia la manera de gobernar.

No obstante, las Tecnologías de Información y Comunicaciones no son una panacea para solucionar todos los problemas del desarrollo, tales como la pobreza, la calidad de vida y entre otros la igualdad de oportunidades. Por ello, las políticas dirigidas al desarrollo de las TIC deben ir acompañadas de estrategias que reduzcan la sustancial brecha entre los «que tienen» y los «que no tienen» conocimiento e información.

Las desigualdades acumuladas en lo educativo, económico, social y político producto de procesos vividos en el pasado reciente, hacen que las personas con una mejor educación, con altos ingresos económicos, con eficaz poder político y gran movilidad social posean un mayor acceso a los conocimientos y a la información en contraposición a aquellas personas que no han tenido las mejores oportunidades. Esta situación de desequilibrio es posible también detectarla en lo que respecta a las ciudades o regiones pobres y rurales y la encontramos presentes en diversas realidades de nuestra provincia.

La Organización de la Naciones Unidas, sostiene la visión de una sociedad «dotada de habilidad, capacidad y pericia para generar y captar nuevos conocimientos y tener acceso a la información, a los datos y a los conocimientos, absorberlos y utilizarlos eficazmente con el apoyo de las TIC».

Para nuestra provincia, avanzar hacia la sociedad del conocimiento y de la información exige capacidad de dirección y gobierno. Se hace necesario el entendimiento entre los dirigentes provinciales, los encargados de tomar las decisiones y la población en general; la posición de este conjunto de actores ante los cambios que se avecinan, así como las implicaciones que estas decisiones tienen en la transformación del modelo económico, social y político existente, permitirá situar a nuestra provincia dentro de las nuevas corrientes de una economía mundial basada en el conocimiento, aprovechando
por ende, las mejores oportunidades que brinda un contexto marcado por la globalización.

Quienes concebimos a la educación como un derecho prioritario y prevalente a otros, sabemos que hacer efectivo este derecho depende en gran medida del dinero que se disponga.

Por ello rescatamos la importancia política del presupuesto educativo (en qué se invierte, cuánto se invierte y cuándo se invierte), no como un apartado externo a la educación, sino como una expresión de la política educativa de un gobierno que afecta la experiencia escolar del día a día.

Para saber más guacurari.marandu.com.ar