Antes de de comenzar con mi experiencia, quiero resaltar que la Educación Física es una materia eminentemente práctica y no debe perder esta esencia bajo ningún concepto, aún así esta nueva metodología lo que hace es ayudarnos a trabajar y asimilar la base teórica NECESARIA en la actividad física para asentar conocimientos y en definitiva APRENDER.

También hay que ser realista y tener en cuenta la variable de que el alumnado de secundaria, a medida que van creciendo, entran en una edad en la que comienzan a dar muestras de desencanto hacia la actividad física.

Varios compañeros que imparten este área en otros centros escolares, me preguntan y debatimos a menudo sobre el uso de esta metodología, ya que creen que es muy difícil de aplicar y que se le quita tiempo de la parte práctica a la asignatura. Yo les rebato que todo lo contrario, que no destinarán prácticamente, nada de tiempo en explicaciones, sólo en recordatorios y correcciones para pulir pequeños errores.

También argumentan que es una asignatura que generalmente a los alumnos les gusta mucho y es motivante por si misma, al ser muy activa y fuera del aula. Les da reparo el que les pueda pasar que, iniciando o incluyendo este modelo de clase invertida, pueda que los alumnos se aburran…

Pero por mi experiencia… nada más lejos.

Lo sorprendente es que los profesores de Educación Física o técnicos deportivos
que se atreven a probar con “Flipped Classroom”, enseguida me llaman para decirme que la experiencia ha sido muy gratificante, tanto para los alumnos, como para el profesor y me preguntan sobre qué más actividades podemos hacer.

Dicho esto, la reflexión a la que llegué hace unos meses, es la que resumo a continuación a modo de comparación:

El pasado trimestre, trabajé con mis alumnos de 1º ESO del Colegio Mirasur, la unidad didáctica titulada “BALONMANO: ¿Cómo jugar?”. Esta unidad tiene un contenido técnico-táctico importante, sobre los distintos movimientos básicos de balonmano, pases , estructura defensiva y ofensiva, y movimientos de repliegue.

En uno de los grupos, la metodología empleada fue la “tradicional». Impartí todas las prácticas en el pabellón del Colegio, explicando allí todo el contenido teórico, “invirtiendo» tiempo de práctica explicando cada pase detalladamente, cada movimiento, la táctica en defensa y en ataque, repitiendo la explicación, un poco más para aquellos que lo necesitaran y así asimilar cada contenido. Cada vez que explicaba un pase o un movimiento y a todos los alumnos les había quedado claro, organizaba grupos para realizar distintos ejercicios y juegos para trabajar estos movimientos. Finalmente, cuando vi que habían asimilado cómo se defendía, cómo se atacaba y cómo se debía pasar el balón, hicimos equipos para aplicar todo el contenido teórico trabajado lo mejor posible en un partido de balonmano de la forma más ordenada y divertida posible.

Con el otro grupo, por el contrario, utilicé la metodología “Flipped Classroom”, como ya he comentado con anterioridad en mi artículo «Flippeando el Balonmano”, les puse un video tutorial sobre los pilares básicos que queríamos trabajar en esta unidad, y una vez que todos los alumnos lo habían visionado, comenzamos con la práctica y los ejercicios y juegos para trabajar los conceptos vistos en el video.
Con estos grupos de 1º ESO la evaluación que hice de este sistema de enseñanza fue la siguiente:

Con el grupo TRADICIONAL dediqué mucho tiempo en la explicaciones. Tuve que repetir varias veces las demostraciones de cada gesto técnico o táctico, ya que cada alumno tiene su ritmo para asimilar contenidos, y en algunos casos son contenidos algo complejos.
Por el contrario, con el grupo FLIPPED, el día que bajamos al pabellón tenían totalmente claros los conceptos tácticos de ataque y defensa, cosa que me facilitó mucho el poder empezar enseguida a trabajar ejercicios de automatismos dentro de la cancha. En este aspecto gané tiempo y pudimos trabajar con juego real mucho antes.

Los alumnos del grupo TRADICIONAL iban a ciegas, sin ver esos gestos técnicos y movimientos tácticos aplicados en el juego real, en jugadores profesionales, las acciones técnicas aplicadas al juego real, por lo que no se hacían a la idea de cómo y cuándo debían aplicar cada movimiento o gesto. Mientras, el grupo FLIPPED, lo habían visto, asimilado y se sentían preparados para aplicarlos. Cuando comenzaron con la práctica, no había nada nuevo para ellos, y resultó muy sencillo realizar los ejercicios tácticos. Demostraron total TRANSFERENCIA.
Con el grupo TRADICIONAL me ha costado más sesiones de las programadas explicar y pulir errores en los gestos técnicos y movimientos tácticos hasta poder llegar a jugar un partido ordenado y divertido,
Además de estos tres puntos, una de las grandes diferencias ha sido la motivación de los chavales, ya que el hacerles visionar un video y luego ponerlo en práctica era algo novedoso y les atraía y motivaba. En una edad en la que estadísticamente aumenta la disminución de hábitos y gusto por la actividad física y deportiva, ha sido un placer encontrar el camino del que se iban alejando. Como ellos me dicen, «es algo que se sale de lo normal», de “ lo de siempre” y eso hace que estén enganchados con el área.

Por esto, entre otras cosas, cada vez veo más utilidades y estoy más convencido de las ventajas de «Flipped Classroom» para la Educación Física, y enseñanzas deportivas, de cualquier grado.