Has leído, te has formado, te gusta la idea de flipear tus clases y te pones manos a la obra. Sensato, como eres, empiezas por seleccionar algún tema concreto, uno que crees que encaja perfectamente con la clase invertida. Planificas la estructura de tu video: cuándo y cómo ir explicando el contenido. Eliges el software idóneo para tu estilo, tu contenido y tus alumnos. Creas tu video. Corto, centrado en el contenido, claro, atractivo. Estás más que satisfecho con el resultado. Los deberes de hoy: ver el video.

Como no podía ser de otro modo, además, planificas minuciosamente el trabajo en el aula para el día siguiente. Has ganado mucho tiempo y esto te permite explayarte en la práctica. Creas diferentes tareas para distintos alumnos adaptándote a sus necesidades, buscas sacar el máximo provecho de este contenido con tus alumnos. Vas a hacer que lo aprendan, que lo entiendan, que lo apliquen, que lo analicen, que les sirva para crear y para evaluar su creación.

Día D: para colmar tu satisfacción todos tus alumnos, ¡todos!, han visto el video en casa. Empiezas tu lección y descubres que ese video que sigue a rajatabla todas las recomendaciones para videos en la flipped classroom no ha sido efectivo. Los alumnos llegan con el video visto pero sin haber aprendido el contenido. ¿Qué ha podido salir mal?

Sería muy osado asegurar con certeza dónde está, si es que lo hubo, error en el proceso anteriormente descrito. Sin embargo, hay un pequeño gran paso que tiende a obviarse y que es fundamental para que el alumno saque todo el provecho del método de la clase invertida: enseñar a ver los videos.

A nadie se le escapa que no leemos igual una novela, el periódico dominical o los apuntes para un examen. Cuando leemos el periódico ojeamos titulares y nos vamos deteniendo a leer con mayor atención algún artículo concreto.  Las novelas las leemos con la prisa y la ilusión de saber qué le va a pasar al personaje principal y normalmente no reparamos en detalles concretos. Los apuntes para el examen, sin embargo, los leemos con lápiz, papel y toda una cohorte de rotuladores de diferentes colores en mano, ávidos de aprender toda la información que contienen en el menor tiempo posible. De igual modo, el video flipped requiere de lápiz y papel, para ir anotando las ideas principales junto a las dudas y comentarios que podremos discutir más tarde en el aula.

Ayuda para ayudar a tus alumnos a aprender mejor de los videos flipped

Activa conocimiento previo:

En clase, antes del visionado del video, activa su conocimiento previo sobre el contenido del mismo, puedes hacerlo con preguntas o a través de alguna técnica o actividad sencilla. No se trata de hacer spoiler sobre lo que van a ver después, pero servirá como el tráiler en los largometrajes, para situarles y hacerles querer saber más.

Conexiones, coherencia y contexto:

Haz conexiones entre el contenido del video y lo que ya saben y con lo que han hecho en esta u otras clases. Esto dará coherencia al video y a su contenido. Puede que también con algún contenido que van a ver a posteriori o incluso con contenido de otras asignaturas. Puedes hacer conexiones con una experiencia en clase o de alguien en particular. Haz evidente la importancia de aprender este contenido y, a ser posible, muéstrales su aplicabilidad.

Curiosidad:

Asegúrate de despertar su curiosidad, para ello debes enseñar el pastel pero nunca dárselo. No despertarás su curiosidad si esperas que ellos hagan todo el trabajo, muéstrales tú la punta del iceberg de lo que quieres que aprendan y asegúrate de que esa sea la parte más atractiva. Déjales siempre con ganas de más. No hagas la misma actividad, por atractiva que sea, hasta que se cansen. Corta antes y déjales con la ilusión de querer continuar aprendiendo.

Reto:

Asegúrate que lo que pretendes enseñarles, o la forma en que lo haces, les suponga algún reto. Las cosas demasiado fáciles no le resultan atractivas ni a niños ni a adultos. Si practicas algún deporte, piensa en la satisfacción que produce la superación de tus propias marcas, o las ajenas. Sentir que has llegado más lejos de lo esperado y que lo has conseguido sumando esfuerzo a tu capacidad es, sin duda, una de las mejores recompensas del ejercicio.

 

Inspirado por la C-wheel de Carol Read. Si quieres saber más, y mejor:

Read, C. (2007). 500 Activities for the Primary classroom. Macmillan Education.