Ya en el curso pasado varios compañeros de mi colegio (el Hispano Inglés de Santa Cruz de Tenerife) se han sumado al enfoque flipped. Esta es la opinión de algunos de los que lo están trabajando en el área de ciencias:
Daniel García Velázquez, profesor de matemáticas, física y química y tecnología en secundaria y bachillerato:
En primer lugar, agradecer a Juan Francisco por haberme invitado a escribir mi opinión sobre la metodología Flipped y, por otro lado, aprovechar para destacar su implicación y búsqueda de nuevos métodos para mejorar la transmisión de conocimientos a sus alumnos.
Partiendo de la base que en metodología educativa no existe un método definitivo, único y perfecto, he encontrado en Flipped una herramienta metodológica que aporta buenos resultados a los alumnos.
Se puede conseguir con el método Flipped una optimización en el tiempo de clase siempre y cuando el alumno realice en su casa un tiempo de instrucción o entrenamiento previo o posterior (lecciones online en vídeo, podcasts, presentaciones interactivas, preparación de temas para debatir, etc…) sobre lo que el profesor exponga en el aula. Si esto ocurre así, el profesor puede desarrollar más proyectos cooperativos o trabajar por proyectos.
Con este novedoso enfoque se consigue un enriquecimiento de todas las partes involucradas en el proceso de aprendizaje. Hace que profesores y alumnos jueguen un papel importante, desde el comienzo de una actividad, pasando por su desarrollo y sacando los propios alumnos las conclusiones de su propio aprendizaje.
La “clase invertida” la entiendo como una “inversión” en el elemento más importante en el camino de la enseñanza: el alumno. Viendo los resultados en nuestro centro, puedo decir con conocimiento de causa, que esta metodología brinda al alumnado una alternativa al proceso de aprendizaje tradicional, rompiendo muchos de sus cánones y, además, da mucho juego por su gran versatilidad.
Video hecho en el aula por dos alumnas de Daniel.
Andrés Cuesta Gonzalo, profesor de matemáticas, física y química y tecnología en secundaria y bachillerato:
Dicen que la primera impresión es la más importante, porque deja una impronta especial que es muy difícil borrar. Algo así como un recuerdo de los sentidos, que es más una sensación inconsciente que un pensamiento razonado. Sin embargo, también es bien sabido que los primeros pasos en cualquier tarea siempre son los más difíciles. Incluso tratándose de algo sencillo, como el manejo de un nuevo aparato de DVD, es seguro que al principio cometeremos más errores y todo será más arduo que pasado un tiempo, cuando la experiencia consolide el aprendizaje. Cualquier cambio metodológico en el aula supone un mismo esfuerzo inicial, y el Flipped Classroom no es una excepción. Además, las dificultades iniciales no son las más importantes. Es después cuando uno comienza a darse cuenta de que no basta con hacer Flipped Classroom, sino que hay que aprender poco a poco a hacerlo bien. Superado el bautismo de fuego (¿un vídeo? ¿yo? ¿cómo? ¿cuántas horas me va a llevar? ¿lo verán los alumnos?), la práctica va mostrando que los pequeños detalles muchas veces marcan la diferencia.
En primer lugar, es esencial contar con la complicidad de los alumnos. Ellos deben entender por qué su profesor ha programado la asignatura de esa manera y es indispensable que reconozcan en sí mismos los progresos que están haciendo. El profesor tiene un papel de espejo, que muestra al alumno los cambios (el aprendizaje) que se van produciendo en él. Si los alumnos se implican, la clase sacará todo su potencial.
Ya conocemos la principal ventaja del FC: el rendimiento de las actividades en el aula se multiplica porque se dedica a lo importante, mientras que la frustración se reduce porque cuando el alumno está en casa, «solo ante el peligro», tiene que hacer tareas sencillas y cuenta con recursos que puede manejar como le convenga.
Obtener la complicidad de los alumnos va a depender de la materia y de su edad. Los alumnos de menos edad en asignaturas menos teóricas (en mi experiencia, Tecnología en el primer ciclo de Primaria) necesitan que el profesor les fuerce a ver los vídeos de forma activa. Tomar apuntes, resolver preguntas o ejercicios cortos, hacer pequeñas búsquedas… las preguntas tipo test durante el vídeo (con plataformas como EDpuzzle) no son lo más conveniente cuando requiere ser visto con una cierta actitud, ya que para ellos es fácil pasarse las respuestas. La actividad en el aula ha de poner en valor la visualización previa del vídeo, e incluso podría suponer una recompensa para los alumnos que lo hicieran. Los alumnos de más edad en asignaturas más fuertes (Matemáticas en cursos superiores de la ESO o Bachillerato), suelen ser más responsables, pero también más difíciles de «obligar». Si ellos están decididos a hacer trampas (dejar pasar el vídeo sin prestar atención, copiar al resolver las tareas propuestas…) será necesario romper ese círculo perverso para implicarles de nuevo con el sistema de clase. En 2º de bachillerato, en particular, será más difícil por la ansiedad que genera la EBAU, que no deja de ser un examen tradicional que se prepara a base de hacer ejercicios.
Este año imparto Matemáticas en 1º de Bachillerato. Los alumnos el año pasado tuvieron un Flipped Learning intensivo con Juan Francisco, a quien pretendo imitar. Les pregunté explícitamente por sus impresiones sobre el año pasado y todos se mostraron muy contentos. Sí había quien echaba de menos más explicación en clase que asentara lo aprendido. A fin de cuentas, el FC es como un traje nuevo: al principio no siempre estás seguro de si te sienta bien, ya estás acostumbrado a otro estilo… Me he propuesto adaptarme a esa reclamación de los alumnos. Sin embargo, en las primeras clases, ellos se han colocado espontáneamente por grupos y, sin que yo se lo pidiera, se han puesto a trabajar de forma colaborativa eficazmente para resolver ejercicios de clase. A mis ojos era perfectamente obvio de que estos alumnos habían adquirido algo especial el año anterior que les había cambiado para bien (yo ya les había dado clase hacía unos años). No es sencillo conseguir esa inercia positiva en una clase de Matemáticas. Ellos quizá no se han dado cuenta, pero el planteamiento FC que siguieron el año pasado ya ha revolucionado sin retorno, a mejor, su manera de estar en clase en la asignatura.
En definitiva, los frutos del FC se van viendo gradualmente, a medida que la experiencia del profesor crece y los alumnos se habitúan al «nuevo traje». Los resultados van llegando y hay que insistir, siendo flexible para adaptarse a las necesidades cambiantes de los alumnos y para aprovechar su potencial. Un viaje sin marcha atrás, especialmente para ellos.
Román Reyes Barroso, profesor de matemáticas, física y química y tecnología en secundaria y bachillerato:
«El flipped classroom ha “desembarcado” en la educación impartida en nuestro centro de la mano de Don Juan Francisco Hernández Rodríguez, profesor de Física y Química y Matemáticas. En un principio como con toda innovación despertó mi curiosidad, aunque debo admitir me causó cierto recelo, ya que mi experiencia trabajando con jóvenes me hacía sospechar que no todos serían lo suficientemente responsables para aprovechar el tiempo fuera del aula y así dentro de ella poder enfocar las asignaturas de modo más práctico y permitirles aprender cooperativamente. Sin embargo, el tiempo ha demostrado la valía del método, los resultados son buenos, y tan solo con la motivación manifestada por el alumnado ya se merece mi respeto y admiración, por lo que, como compañero de departamento, estoy integrando pequeñas pinceladas de flipped, buscando en todo momento un equilibrio que no cargue de trabajo a los alumnos. ¡Espero que la curiosidad de los jóvenes haga el resto!»
Begoña Gambra Michel, profesora de matemáticas, física y química y biología en secundaria:
Hace unos años, cuando Juan Francisco empezó a hablar en el colegio que estaba haciendo videos y que le iba “dando la vuelta a la clase” pidiéndole a los alumnos que viesen los videos en casa para tener más tiempo de hacer ejercicios y otras actividades en el aula, me mostré bastante escéptica. Al principio pensaba que era una moda pasajera y que en uno o dos años se pasaría; pero no, su entusiasmo iba a más: proyectos, actividades en clase, cuestionarios anónimos que les enviaba a los alumnos, de los resultados positivos de los mismos, … un sinfín de ideas que me hicieron pensar ¿Por qué no lo intentas Begoña?
Así que, al igual que el resto de mis compañeros, el año pasado me animé a empezar a aplicar el modelo flipped. En mi caso haciendo curación de contenidos y apoyándome en la plataforma Edpuzzle. Y, efectivamente, mis clases se están convirtiendo en un espacio de aprendizaje distinto, mejor. Hay más tiempo para plantearles retos, proyectos, juegos matemáticos… Este enfoque de aprendizaje es efectivo y tanto los alumnos como yo disfrutamos más de las clases. Gracias Juan Francisco por acercarnos a flipped.
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