Tengo por costumbre realizar, a través de Google Drive, una encuesta anónima entre los estudiantes al terminar el curso académico. En ella se abordan cuestiones como la motivación hacia la asignatura, la dificultad de los contenidos, el método de trabajo del profesor, los criterios de evaluación y la relación docente-alumnos. Considero que la encuesta es un buen sistema para saber qué piensan los principales testigos –y destinatarios- de nuestra labor durante varios meses. Es verdad que no podemos fiarnos únicamente de la opinión de unos adolescentes, pero sería un gran error no tenerla en cuenta.

La gran novedad de este año ha sido la inclusión, en el apartado dedicado al método de trabajo, de varias preguntas sobre flipped classroom. Como docente que ha empezado a utilizar este curso el modelo de la clase invertida, tenía curiosidad por saber la opinión de mis alumnos. En cierto modo he ido percibiendo, día a día, que se encontraban más cómodos desempeñando un papel activo en el aula, pero me parecía que un procedimiento anónimo podría arrojar más luces sobre la cuestión.

A continuación, aprovechando los gráficos que genera Google Drive de manera automática, expondré los resultados de ese apartado de la encuesta. Incluiré también su opinión sobre las actividades realizadas en el aula y los vídeos elaborados por el profesor para explicar los contenidos teóricos.

El sistema “tradicional” vs la clase invertida

Hasta febrero desarrollé con mis alumnos la asignatura de una forma que puede ser denominada como “tradicional”. Es decir, las explicaciones tenían lugar en el aula, mientras que las actividades y el trabajo de los estudiantes se desarrollaba en casa. No fue hasta mediados de ese mes cuando llegó el gran cambio: empezamos a construir nuestra clase invertida. Por tanto, han vivido ambas experiencias en periodos de tiempo casi idénticos y con el mismo docente al frente. Considero que ese dato es importante para establecer una comparación entre ambos modelos: no cambiaron de curso, de centro o de profesor, solo de método.

A la hora de escoger entre la clase “tradicional” y el modelo flipped, el 37% del alumnado se decantó por el primero, mientras que el restante 63% manifestó su preferencia por el segundo. Estos datos, como bien se repitieron cuando se les pidió que eligieran uno de los dos métodos para el curso siguiente. En definitiva, aunque hay un tercio de estudiantes a los que no termina de convencer la clase invertida, el cambio es la opción preferida de la inmensa mayoría.

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En la tercera pregunta del apartado dedicado al método de trabajo los alumnos tenían que indicar qué cambiarían de nuestra clase invertida. Teniendo en cuenta que el 63% estaba a gusto con el modelo flipped, no es sorprendente que algo más de la mitad dejaran sin rellenar ese apartado. Las restantes respuestas pueden resumirse en dos ideas: vídeos más cortos y, de vez en cuando, alguna explicación teórica en clase.

Por último, los estudiantes debían indicar si el rendimiento y la motivación habían mejorado con el cambio al modelo flipped. En la primera cuestión, un 67.4% respondió afirmativamente, mientras que en la segunda esa cifra se elevó al 78.3%. Esos resultados demuestran que muchos de los defensores del método “tradicional” -un 37% según la primera pregunta de la encuesta- reconocen las ventajas del cambio.

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Mis alumnos ante los proyectos desarrollados y los vídeos

Una vez terminado el apartado dedicado al modelo flipped, los alumnos tenían que indicar el proyecto o actividad que más les había gustado. Les di a elegir entre los cuatro que, a mi juicio, más aceptación habían tenido durante el curso: #RenacimientoCigales, Juego de la Bolsa, Proyecto Explora y Trivial Histórico. Las preferencias, como bien se ve en el gráfico adjunto, estuvieron muy repartidas.

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A continuación la encuesta les pedía sugerencias para mejorar esas actividades. Una vez más, me encontré con muchos que dejaron este apartado en blanco. Sin embargo, más de la mitad de los alumnos respondió que les hubiera gustado dedicar más días al proyecto #RenacimientoCigales y al Juego de la Bolsa.

La última parte de la encuesta les pedía que valoraran los vídeos en los que el profesor explica los contenidos teóricos de la asignatura. En una escala de uno a cinco, un 37% dio a este material la máxima nota, mientras que un 47.8% lo calificó con un 4, un 13% con un 3 y el restante 2.2% con un 2.

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