El día a día de un maestro de escuela puede ser súmamente agotador, pero igual de satisfactorio, cuando vemos a nuestros estudiantes felices por haber aprendido, sorprendidos por haber «aterrizado» algún contenido conceptual y entender para qué sirve en la vida dicho aprendizaje, o simplemente por estar más motivados en clase. Sin embargo, el peor enemigo de todas estas experiencias puede estar dentro de nuestra misma casa: sí, en la escuela.
Este post, lo escribo a propósito de una publicación en Twitter de la gurú EdTech, y amiga mía, Alice Keeler, sobre el micromanaging.
Para comprender a qué me refiero, es necesario entonces conocer los términos micromanager y micromanaging. El micromanager es a la persona, a cargo de un equipo, que centra toda su atención en controlar detalles sin importancia, ignorando lo verdaderamente relevante. Esta falta de perspectiva y de visión estratégica es más frecuente de lo que pensamos y, lamentablemente, ha migrado del mundo empresarial al educativo.
¿Cómo reconocer a un micromanager?
- Nunca está satisfecho con los resultados. Si la tarea no se ha realizado exactamente como pidió, no mostrará satisfacción.
- Quiere saber en todo momento dónde están los miembros de su equipo y qué están trabajando. Pide informes continuamente.
- Solicita copias de todos los correos electrónicos, síntoma claro de su obesión por el control; incluso de la correspondencia irrelevante.
- No es consciente de lo mucho que obstaculizan la productividad de su equipo y la suya.
El problema radica en que las personas a su cargo suelen desmotivarse y frustrarse continuamente al no poder asumir riesgos ni tener iniciativa. Evidentemente, el micromanaging atenta contra la creatividad de los docentes.
La mejor manera de lidiar con estas situaciones es la comunicación; la escuela requiere maestros responsables y comprometidos, en su día a día; pero también con inciativa y creatividad, pues la innovación es uno de los motores principales de la educación.
Si por algún motivo, te identificas como un micromanager, recuerda todo las oportunidades que pueden estar perdiendo los estudiantes de tu centro. Más confianza y saber delegar, siempre permiten la conformación de equipos docentes felices y más creativos.
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