Actualmente vemos a los alumnos bien equipados y conectados, pero aún a los profesores nos queda mucho trecho que recorrer para no quedarnos sólo en el buen uso de la tecnología sino, sirviéndonos de estos medios, adquirir para los alumnos la cultura del pensamiento, la reflexión, la argumentación y la creatividad individual. Educar con objetivos concretos.

El reto: alcanzar escuelas digitalmente conectadas.

En septiembre leía en la prensa esta noticia:

«La inteligencia artificial reducirá los suspensos y el abandono en la universidad

Este artículo me hizo pensar. Es bueno humanizar la tecnología y buscar soluciones que permitan el enriquecimiento del entorno y la sociedad, la mejora de la calidad de vida de las personas y la innovacion desde el hoy para cuidar el mañana, y la técnica, la inteligencia artificial nos muestran herramientas válidas para nuestra tarea de educadores, pero ¿Estamos preparados para educar en un entorno VUCA?¿Somos capaces de vivir la aventura de entusiasmar un mundo cansado?

El entorno VUCA se va extendiendo cada vez con mayor fuerza entre nuestros alumnos:

Volatility – Entornos volátiles, porque estamos expuestos al cambio y de manera vertiginosa. Parece que es mejor profesor el que innove de manera más rápida, pero ¿sin reflexión?, ¿sin objetivos? Los entornos volátiles se caracterizan por un bombardeo de valores y contravalores sin modelos coherentes, por una puesta en marcha de infinidad de modelos educativos que no llegamos a implantar de manera plena. En mi opinión, para llegar a digitalizar las escuelas debemos plantearnos qué objetivos buscamos y que éstos no se desvíen de la necesaria labor de enseñar a trabajar de manera que nuestros alumnos sepan escuchar consejos sin cuestionar a sus profesores, sepan formular preguntas, tomen decisiones sobre su proyecto educativo personal y disfruten a aprendiendo de la pasión con la que sus profesores les guían en su etapa escolar.

Uncertainty – Entornos donde reina la incertidumbre por el futuro, incertidumbre que encuentran al no entenderse a sí mismos, al carecer de perspectivas y vivir solamente para lo inmediato, o desconcertados porque las amistades no cuidadas dejan de ser la columna vertebral de la estabilidad de la persona. Desde el compromiso que se adquiere en la amistad, podemos facilitar a los alumnos, desde edades tempranas, el camino de saber ser dueños de sí mismos. En mi opinión, ninguna inteligencia artificial podrá conseguir mover las voluntades de nuestros alumnos. Nosotros desde nuestras aulas sí.

Complexity –Vivimos en un mundo complejo, donde parece que se ha roto la relación causa efecto. Sin organización estable ya que lo que comienzan no suelen terminar, si no hay una voluntad férrea que tenga un objetivo que merezca la pena.

Ambiguity – Ambigüedad. En las aulas percibimos confusión y distorsión de la realidad. Ayudemos a los alumnos a aceptarse como son, a quererse, a ser auténticos con actitud positiva ante la vida.

Aún en entorno VUCA en cada aula el profesor crea el escenario para la dirección y el liderazgo.

Hace ya muchos años Goleman lo designaba como inteligencia emocional; llegar a enseñar a cada alumno a reflexionar, identificar y gestionar correctamente sus emociones, soñar con su creatividad sin dejar que le dominen ni le sorprendan, y también aprender a  leer entre líneas para, manejándolas, detectar oportunidades, encauzar sus emociones y actuar en consecuencia cuando detecta en los demás sus propias emociones.

Si la digitalización de las empresas españolas es un objetivo claro de la economía del país, es lógico pensar  que en primera línea debe estar la digitalización en la escuela. 

Actualmente la mayor prioridad en los centros debe ser la inversión en formación del profesorado para alcanzar estos altos objetivos de profundizar en lo que carecen nuestros alumnos para poder crear una cultura digital abierta y flexible.

Esta formación del profesorado debe ser continua y desde cada centro establecer la hoja de ruta que consiga adquirir las Competencias Digitales Docentes.

Las empresas han aprovechado al máximo los avances de las tecnologías digitales recurriendo cada vez más a las redes sociales, las facturas electrónicas, los servicios en la nube y el comercio electrónico. Este fenómeno convierte a la escuela en guía y transmisora de competencias digitales que hagan de ellos profesionales adultos, reflexivos y competentes.

La escuela requiere una cultura del centro al sistema. Aunque todavía no existe ningún país que haya asimilado completamente la transformación digital educativaFrancesc Pedró

Según Francesc Pedró, ésta sería la fórmula de la Competencia Digital Docente (CDD):

CDD = CDM + CDI

La suma de las Competencias Metodológicas (CDM), más la Competencia Digital Instrumental en el uso de las TIC (CDI).

Como profesores debemos apostar por la formación del profesorado consiguiendo que en nuestros centros se lleguen a realizar Proyecto Interdepartamental Digital Docente con dos objetivos:

1º Establecer las competencias digitales para el profesorado no universitario.

2º Investigar cómo se adquirirán y acreditarán las competencias digitales.

Mercedes Molina León. Psicopedagoga.