¿Alguna vez habéis montado un debate en vuestra clase como herramienta para trabajar las competencias? ¿Habéis pensado que además se pueden trabajar así los contenidos curriculares? Si vuestra respuesta es no, esta entrada puede serviros para lanzaros.
Este curso, entre otras materias, estoy impartiendo Religión Católica en 6º de Educación Primaria. Dentro de mi planteamiento de programación, además de utilizar el marco que nos brinda el flipped classroom, he intentado que los alumnos salgan de clase haciéndose más preguntas que planteándoles respuestas derivadas de mi docencia.
Perdonarme que os ponga en antecedentes, pero puede ser interesante para entender el final de la unidad.
Durantela primera parte del trimestre, hemos estado trabajando el sentido religioso del hombre, como fundamento a una cuestión esencial en el ser humano: la búsqueda de la felicidad.
Para ello, los alumnos han realizado un trabajo previo en el que cada uno ha contestado a una pregunta fundamental: Para ti, ¿qué es ser feliz? ¿cómo piensas que puedes serlo? Tras sus contestaciones, nada más sucedió…se quedó el ambiente en el aire, con la intención de que pudieran comparar lo que plantearon al inicio de la misma con lo que piensan al final de la unidad (Utilizando la rutina de «antes pensaba y ahora pienso»).
Dentro del contenido curricular trabajamos las Bienaventuranzas, como camino hacia la felicidad. En grupos de expertos buscaron elementos de la vida diaria en los que poder ponerlas en práctica, o si así lo sentían…que contasen sus experiencias personales.
Como segundo elemento motivador, hemos trabajado (tanto en casa como en clase) distintos recortes de vídeos, charlas TED. Muchos de ellos son testimonios de personas que son perseguidas en Siria, teniendo graves problemas de salud o enfermedades muy dolorosas, ayudando desinteresadamente a personas que lo necesitan, etc. Con estos vídeos, los alumnos empezaron a hacerse preguntas…muchas preguntas. El sentimiento de duda comenzó a surgir en ellos. ¿Tal vez lo que yo pienso que es la felicidad no lo sea? ¿Tal vez esté equivocado? ¿Cómo pueden ser felices así?
El desenlace
Como colofón final, tras trabajar los vídeos, les expliqué que tenían una semana para pensar la respuesta, y sus argumentos personales, a la siguiente pregunta…Cómo se es más feliz, ¿buscando tu propia felicidad o buscando la felicidad de los demás?
Les expliqué que no existía una respuesta correcta y otra incorrecta, sino que toda respuesta bien argumentada podía ser válida.
También les expliqué que en una semana realizaríamos un debate, donde dividiríamos la clase en dos bandos (al más puro estilo programa de televisión). Existirían turnos de palabra (2 minutos máximo) y turnos de réplica (1 minuto máximo).
Durante el debate, los alumnos que vieran que su decisión había cambiado, podían levantarse y «cambiarse de bando».
Fue espectacular ver cómo los alumnos llevaron mejor que muchos adultos el debate:
- Respetando los turnos de palabra.
- Respetando las opiniones contrarias a sus ideas y proponiendo alternativas.
- Utilizando argumentos basados en los contenidos curriculares estudiados, etc.
El debate duró 45 minutos, pero podrían haber estado debatiendo y trabajando los contenidos de la asignatura durante 3 días.
Finalmente, al día siguiente de clase trabajamos la rutina «antes pensaba y ahora pienso». Esta rutina les sirvió para realizar el proceso de metacognición de nivel superior y terminar de amarrar sus ideas.
Os animo a que probéis esta herramienta, seguro que si los preparáis bien, los alumnos no os defraudarán.
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