Uno de los aspectos que más valoro del modelo de la clase invertida es que, gracias a sacar la mayor parte de la explicación teórica del aula, dispongo de más tiempo para dedicar a los estudiantes y a las diversas actividades y proyectos que realizamos. A lo largo de los últimos tres años he comprobado que, gracias a esa forma de proceder, mi alumnado de Historia ha experimentado una notable mejoría en la comprensión de los contenidos, el análisis de gráficos y mapas, la expresión oral y escrita… a lo que se añade una mayor atracción por la asignatura y mayor confianza con el profesor. Ahora bien, en los últimos meses he decidido dar un paso más en lo relativo al mejor aprovechamiento del tiempo de aula.
Con independencia del modelo pedagógico que se aplique, cuando los alumnos realizan una tarea suelen recibir feedback por parte de los docentes. Como esto suele consumir mucho tiempo de clase y pocas veces se puede llegar al grado de detalle deseado con cada uno, desde hace tiempo muchos utilizamos las nuevas tecnologías para enviarles previamente esa información. Esto permite que la conversación en clase sea más directa y profunda, pues ambos conocemos la información de antemano.
Aunque quizá muchos docentes aún no lo practiquen, pienso que es bastante común el feedback a través de los blogs, plataformas educativas, correo electrónico… Sin embargo, es más extraño que el profesor envíe a los alumnos su examen escaneado después de haberlo corregido. Explicar mi experiencia tras un trimestre haciéndolo es, al fin y al cabo, el objetivo de este texto.
Motivos para escanear un examen
Después de esta larga -y necesaria- introducción, pasaré a señalar algunas de las ventajas que le veo a esta manera de proceder. La primera es bastante evidente después de lo comentado en párrafos anteriores: un alumno que conoce previamente la calificación y anotaciones de su examen puede conversar con mayor profundidad sobre esa prueba con el profesor. A esto se añade la posibilidad de revisarlo cuando desee, siendo muy recomendable que lo haga antes del siguiente examen para no repetir errores. Por último, tener ese material escaseado permite enviárselo también a los padres o tutores legales, lo que redunda en beneficio del estudiante.
Entiendo que, antes de terminar, quizá sea conveniente explicar cómo llevo a cabo el proceso de escaneo y envío, así como el tiempo que dedico a esas tareas. Tengo la aplicación CamScanner instalada en el iPad, lo que me permite sacar fotografías sin reflejos y recortarlas de una forma fácil y rápida. A partir de ahí, utilizando Google Classroom, procedo a mandar un correo a cada estudiante.
Quizá la primera vez se tarde un poco más de tiempo, pero según se va cogiendo experiencia el proceso es más rápido. Por ejemplo, en mi último examen de 3º de ESO (veintidós alumnos) el escaseado y los envíos no superaron los diez minutos.
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