Todos los programas a nivel estatal que buscan una mejora en la educación, todas las reformas educativas a lo largo de la historia parece que en todo el mundo se vienen centrando principalmente en dos elementos importantísimos que son el currículo y la evaluación; ambos son cruciales, pero no menos lo es la forma en que se da el proceso gracias al cual los estudiantes se hacen con el contenido, los aprendizajes, y el profesor puede evaluar. ¿Qué pasa en el aula? ¿Qué pasa fuera del aula? Parece esto menos importante que cuánto hay que saber y cómo evaluarlo, sin darnos cuenta de que los otros dos dependen de este último.
Mientras preparo esta entrada, he visto un Tweet de nuestro gran compañero @eneko_fc en el que se despierta un debate acerca del aprendizaje significativo, qué dice Ausubel y cómo esto se puede aplicar al saber común por el que entendemos que significativo es lo que tiene un sentido para el alumno. Me encantan las respuestas, hay mucha actividad que arroja gran cantidad de información útil de verdad.
Como se comenta en dicho hilo, el alumno consigue que un aprendizaje sea significativo cuando éste se enlaza a otro conocimiento que posee previamente, de forma que no queda como un aprendizaje suspendido en la nada, que no tiene valor y, por tanto, algo que se olvida rápidamente. Yo siempre entiendo que esto se refleja en los casos en que los profesores hablamos de faltas de base, por ejemplo cuando un estudiante aprende de memoria algo para volcarlo en un examen e inmediatamente lo olvida. Sin embargo, cuando ha sabido conectarlo con algo que ya posee, puede seguir subiendo peldaños en el nivel de conocimiento.
Cuando se produce esta magia, cuando los aprendizajes se consiguen conectar a algo que conocemos y que de alguna forma nos importa, entonces cobran sentido; este es el motor que trabaja en nuestro cerebro, lo que hace que avancemos. Si encima coincide que es algo que nos gusta, que consideramos “de interés”, todavía mejor, pero lo cierto es que podemos aprender cosas que no nos apasionen de forma significativa, que pienso es un poco el punto en el que el término puede ser confuso.
Lo que pase en clase o fuera de ella importa y mucho. Precisamente, que estos nuevos aprendizajes logren encontrar su fichero en nuestro cerebro, puede ser gracias a un buen guía. En uno de los Tweets relacionados se comenta la zona de desarrollo próximo que es la diferencia entre lo que el alumno puede aprender por sí mismo y lo que logra con la ayuda de alguien. Aquí entra lo que los profesores podemos hacer. Somos los responsables de esa zona de desarrollo próximo, al menos de una buena parte de él. Que la clase sea algo activo y provoque que el alumno avance en los peldaños que le llevan al dominio, puede ser gracias a su profesor.
En definitiva: el currículo es importante, la evaluación muy importante también, lo que pase en clase puede mejorar ambos.
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