Pensando en la creatividad, se nos ocurre la conferencia que Ken Robinson dio para TED hace en torno a diez años y que tiene como título Do schools kill creativity?
No sé si las cosas han cambiado, tiempo hemos tenido, pero en todo caso, no en todos los centros. El tema nos interesa y mucho, porque no sabemos qué pasará de aquí a 3 años, como para acertar con nuestros estudiantes en su preparación para un futuro tan cambiante. Por eso esta insistencia en dejar las puertas abiertas a la creatividad.
Sir Ken Robinson centra la idea de la incertidumbre con respecto al futuro como algo que debe guiar la forma en que trabajamos con nuestros alumnos, para empezar porque la impredecibilidad es extraordinaria lo mismo que la capacidad de innovación de nuestros alumnos es extraordinaria. Todos los niños tienen talento y nuestro deber es encontrarlo y darles la posibilidad de desarrollarlo. La creatividad es en educación tan importante como la alfabetización, es decir, es tan importante fomentarla como lo es aprender a leer. En la mayoría de las situaciones en las que los adultos no hemos interferido, un niño no tiene miedo a equivocarse, el ensayo y error es parte de su aprendizaje (aquí me estoy acordando del método científico, ¿tu no?) y le da una muy valiosa información sin que le suponga un problema. El error es parte del aprendizaje. Si uno no está abierto al error, no puede ser creativo.
Para cuando llegan a adultos, la mayoría de los estudiantes han perdido esta capacidad, tienen miedo a equivocarse. Como el sistema educativo no tolera el error, matamos esa competencia con la que todas las personas nacemos. Todos nosotros somos artistas al nacer, el problema es conseguir seguir siéndolo cuando nos hacemos mayores, crecemos fuera de la creatividad, en lugar de hacerlo hacia ella.
En todos los sistemas educativos públicos, la jerarquía de las materias es muy parecida, matemáticas y lenguaje en los puestos más altos, artes en último lugar, como si hubiera que preparar a todos los alumnos para ser profesores universitarios… como si sólo fuera la cabeza lo que importa, el cuerpo sería sólo algo que sirve para transportarla; lo académico es lo único que importa, de forma que la gente extraordinaria, con talento para otras cosas que no sean ser académico, se pierde.
El origen de esta situación tiene un sentido que en su momento era válido e interesante; el autor habla de la revolución industrial y la necesidad de la alfabetización. Ahora parece que el objetivo ese ha cumplido y en nuestra sociedad prácticamente todo el que quiere puede tener una carrera universitaria (que antes significaba trabajo seguro pero ahora ya no). Ahora no tiene sentido matar esos talentos. Es divertido cómo el conferenciante nombra lo que llama la inflación académica (ahora te hace falta un doctorado y un master para ser alguien…). Hasta este momento, personas que destacaban en algún área artística eran, en muchos casos, fracasados escolares o, como mínimo, no valorados si no estigmatizados como consecuencia de esta jerarquización de las materias de las que se ha hablado más arriba.
Especialmente interesante es la forma en que Sir Ken Robinson explica cómo las personas pensamos de distintas formas, visual, auditiva o kinestésicamente, porque es como experimentamos y, por tanto, aprendemos mejor y desarrollamos más talento de distintas formas, de forma activa, en movimiento. La inteligencia, además, es dinámica, interactiva, no dividida en departamentos estancos. Además es única.
Un caso muy claro que hoy a lo mejor llamaríamos, dice él, TDAH (con mucha gracia se pregunta si en los años 30 ya se había inventado el TDAH), el de la bailarina y coreógrafa Gillian Lyne, que se movía sin parar en clase, entregaba trabajos tarde, tenía a su familia preocupada y la llevan al psicólogo. El especialista le deja sola en una habitación con música y concluye que la niña no está enferma sino que es bailarina. Llevan a la niña a una escuela de danza y ella la encuentra maravillosa porque allí está con gente que es como ella, gente que necesita moverse para pensar. Una de las personas más famosas e influyentes en la disciplina que hubiera sido una persona medicada a la que se le habría pedido que se calmara.
Finaliza hablando de la ecología humana, debemos reconstruir el concepto de imaginación y creatividad para ser capaces de afrontar el futuro.
Sir Ken Robinson es autor de algunas publicaciones en las que desarrolla con más profundidad esta defensa de la escuela como lugar de desarrollo del talento de las personas, así como la búsqueda de la faceta que más apasione a las personas.
Deja tu comentario