Husmeando por TED  siempre se encuentran cosas interesantes. A veces aparecen claras como la luz, otras hay que darles una vuelta. Un mago tiene muchas cosas en común con un buen educador. Cualquiera puede anticipar que hablamos de ser flexible, adaptarse al medio y sacar algo de donde aparentemente no hay nada y cosas por el estilo, pero esta vez no voy por ahí. Un mago tiene que estudiar mucho, preparar, practicar, probar, aprender, repetir y, sobre todo, anticipar. Me ha gustado mucho lo que he leído en este artículo: How thinking like a magician can help you get ahead at work. El artículo cuenta una historia y va soltando, como si nada, ideas geniales. Por ejemplo, el mago siempre tiene que ir por lo menos un paso por delante del espectador. El profesor SIEMPRE tiene que ir un paso por delante del estudiante, para así poder ayudarle. Además, un buen truco se empieza por el final. ¿Qué quieres obtener? Entonces empieza hacia atrás a encontrar el recorrido que te lleve a esto. Objetivos claros, medios acordes, recursos interesantes. Aquí discrepo en un punto, posiblemente el resultado será mejor que el planeado, porque trabajamos con personas que muchas veces superan a los profesores. ¿Tienen o no en mente más de una vez en que alumnos suyos les hayan dejado sin palabras? Yo si. Motivo de orgullo. Otra cosa que me ha gustado es cómo el mago mantiene en secreto proceso y resultado para fomentar curiosidad en el espectador. Traduzcamos de nuevo…. involucrar, motivar, curiosidad, juego.

En el artículo se insiste en que el proceso de preparación  puede ser difícil pero muy importante, más de lo que parece, el proceso de proactividad, y aquí hablamos de una actitud de control del proceso creativo y activo en el que decide qué y cómo hacer las cosas,   comienza con la visión de lo que quiere conseguir. Y que cuanto más importante es aquello que quieres conseguir, más importante es que lo prepares bien. No cabe duda que lo que tenemos los docentes entre manos es realmente importante. Hala, a darle vueltas.