El coaching pedagógico como herramienta enriquecedora

Tras dos años como Formadora y Coach Pedagógico en la Editoral Polygon Education , he visto cómo el acompañamiento real a los profesores en proceso de transformación de su práctica docente, está dando muy buenos resultados.

El coaching es esencialmente una conversación. Es un diálogo dentro de un contexto productivo, y orientado hacia unos resultados.

Observación de una clase de 5EP

Leonardo Ravier en el libro Arte y Ciencia del coaching dice que “el Coaching procura el desarrollo del potencial de las personas bajo las máximas de la libertad y del respeto incondicional del ser humano” “El coaching nace bajo la creación consciente o inconsciente de personas que valoran el potencial del ser humano y su desarrollo”.

¿Quién no quiere desarrollarse personal y profesionalmente? No he visto a ninguna persona que no quiera dar lo mejor de sí.

A lo largo de estos años trabajando en la Educación y tratando de “darle la vuelta” a las aulas, a la manera de enseñar, veía que por mucha formación que daba al profesorado había gente que era una esponja y cambiaba su rol como profe y aplicaba lo que le enseñabas y otra mucha que pensaba “esto no es para mí, tú cuéntame lo que quieras”… tras poner en práctica el acompañamiento a los profesores a través del coaching, los resultados en los profesores se disparan.

Un coach te hace de espejo, te da la seguridad que te falta para ir afianzando tus pasos en el proceso de cambio, se apoya siempre en tus fortalezas para tirar para arriba de ti, potenciando lo mejor que tienes y te hace reflexionar sobre lo que “desde fuera” con su bagaje, experiencia y conocimientos podrías proponerte mejorar. Un coach tiene que conocer muy bien cómo es un alumno y cuál es la mejor manera de llegar a él en el contexto en el que vivimos y con los medios de los que disponemos.

A estas alturas de curso he visitado 61 colegios, he observado más de 100 aulas y formado a más de 200 profesores. He podido comprobar una serie de cambios en los profesores: cultura colaborativa; se comparte más -recursos, ideas, proyectos…-, se tiene menos miedo a experimentar, muchos copian y mejoran lo de otros profesores, piden ayuda si la necesitan, están más abiertos a que entres en sus clases, profesores más reflexivos… en definitiva, la pasión junto con la formación transforma los colegios.

El coach es como el entrenador personal de un maestro en el que el propio entrenador siempre aprende algo, la persona define en esa conversación su futuro preferido y se marca las metas para llegar a él: realistas y alcanzables.

El Coaching Pedagógico es efectivo no porque la entrevista vaya bien, es efectivo si ese profesor ha reflexionado y al día siguiente en el aula ese profe hace algo distinto.

El otro día en un colegio de Andalucía me decía: “me ha encantado verte hacer el coaching y cómo sin decirle tú, nada les has sacado todo lo que querías que te dijera, y lo mejor de todo que te estaba diciendo qué cambios iba a hacer el lunes siguiente”. Es la evidencia de lo que comentaba en el párrafo anterior.

El profesor coach multiplica las oportunidades de aprendizaje en sus compañeros profes con su lenguaje, con su actitud de aprendizaje continuo, con sus cambios,-con su cercanía y humildad… tiene una tensión como profe que le mantiene siempre despierto, en movimiento, porque sabe que tiene que tener una musculatura interior de cambiar vidas.

Esta herramienta sólo tiene sentido si nuestra meta es acompañar al alumno al nivel óptimo de su desarrollo. Ningún alumno se puede quedar por debajo de sus posibilidades y esta meta tan difícil que es la personalización del aprendizaje sólo la puede conseguir un profesor reflexivo, en formación continua y progresiva y con gran preocupación por sus alumnos, para que hagan de este mundo algo mejor.


Menchu Garralón