Desde la suspensión de las clases presenciales en España, los docentes nos hemos encontrado en una situación en la que debemos adaptar nuestros objetivos de aprendizaje a una nueva realidad académica. Es cierto que han habido cambios en todos los sectores de nuestra sociedad, pero es, en concreto, en la comunidad educativa en donde se ha percibido una importante incidencia que ha afectado a cómo enseñamos y a cómo aprendemos.
Sin entrar en otros aspectos importantes como pueden ser la planificación de centro en torno a este tema, qué medidas se van a tomar sobre la tercera evaluación o reflexionar sobre la carga de tareas que toda esta situación les está provocando, es evidente que las redes han sido testigo de una generosidad por parte del profesorado a la hora de compartir recursos, herramientas, creaciones o vídeos educativos con los que ayudarnos mutuamente en estos momentos.
Hasta ahora, disponíamos de un espacio individual, donde se presentaba y trabajaba sobre el contenido) y de un espacio grupal, en el que se aplicaba, analizaba, evaluaba y creaba sobre ello gracias al desarrollo de metodologías activas, investigaciones, estudios de casos…etc. El aprendizaje inverso nos permitía llevar a cabo otras propuestas en el aula, sin embargo, en la situación actual ambos espacios (individual y grupal) han sido redefinidos. En consecuencia, deberemos también redefinir cómo vamos a trabajar con nuestros estudiantes, entendiendo las numerosas variables, adecuando nuestros recursos y hacerlos efectivos para la superación de los criterios de evaluación correspondientes.
Desde una metodología coherente, debemos ofrecer los contenidos a nuestro alumnado y sobre los cuales les propondremos actividades relacionadas con ellos y que les permitan ser competentes o ir más allá del necesario saber. Por lo tanto, les haremos llegar los contenidos no para que únicamente los consulten y comprendan, sino que además los trabajen de un modo coherente con nuestra apuesta didáctica. El vídeo supone una estupenda opción con el que los docentes podremos compartir el contenido de un modo enriquecido, integrando adecuadamente la tecnología con herramientas como Edpuzzle, Playposit o los Formularios de Google. Gracias a ello, obtenemos una valiosísima información (o datos) que nos ayudará a diseñar las actividades que compartiremos con nuestros estudiantes.
Pero para comenzar, lo primero que se plantea un docente es si usar vídeos propios o vídeos ajenos. Por un lado, la creación de vídeos propios hará posible que el docente tenga más control del contenido, así como adaptarlo al nivel real de su alumnado. Además, conlleva un cierto conocimiento tecnológico y de competencia digital docente. Por otro lado, los vídeos ajenos nos permitirán ofrecer a nuestro alumnado la posibilidad de interactuar con diversos tipos de enseñanza, liberándose más tiempo al profesor para dedicarlo al diseño de actividades o planificación de aula.
En ambos casos, debemos tener en cuenta algo muy importante: la duración de nuestro vídeo flipped. Así pues, podemos decir que cuanto más extenso sea el vídeo, mayor posibilidades habrá de que nuestro alumnado pierda la atención o “desconecte”. En relación a esto, propondremos una duración de entre 1.5-3 minutos de duración y si esto está claramente visible o se comenta al principio del vídeo aumentarán las posibilidades de una mayor interacción. A esto podemos añadir otros elementos beneficiosos a la hora de considerar vídeos de menor duración como pueden ser: mayor facilidad de grabación, menos posibilidades de error, ser compartidos más rápidamente…etc.
Una vez dispongamos del vídeo, lo subiremos a un canal o repositorio de contenidos audiovisuales (Vimeo, YouTube…) que nos generará un enlace que usaremos para enriquecerlo con preguntas con herramientas de edición a tal efecto: Edpuzzle, PlayPosit o Google Forms. Este aspecto es importante ya que no solo les haremos llegar el vídeo a nuestro alumnado, sino que además, nos permitirá hacer un seguimiento de los mismos: tipo de respuestas, entregas, repetición de preguntas…etc. Para ello, nos centraremos en las habilidades cognitivas de orden inferior o (LOTS) de la taxonomía de Bloom que están orientadas a la comprensión, recuerdo y aplicación de los objetivos de aprendizaje que perseguimos. Esta fase es muy importante, ya que guiará al alumnado en el trabajo de las habilidades cognitivas de orden superior: analizar, evaluar y crear.
Para ello, podemos seleccionar el verbo con el que comienzan los criterios de evaluación de nuestra materia y relacionarlos con aspectos conceptuales y que son necesarios que nuestro alumnado conozca y comprenda, además de incluir preguntas que exijan una mayor destreza cognitiva de ejecución. Acciones como “define”, “escribe”, “enumera” o “agrupar” estarían dentro de este nivel cognitivo y serían el tipo de preguntas que incluiríamos en nuestro vídeo enriquecido para, por ejemplo, presentar un concepto (¿Qué sabes sobre?), desarrollar un procedimiento (¿Cómo analizarías esta frase?, ¿Cómo se ha estructurado este poema?, ¿cómo ha expresado el autor su opinión?), para dar una argumentación u opinión (explica con tus palabras qué quiere transmitir el poeta), hacer preguntas sobre contenido previo (una estupenda idea para que los estudiantes relacionen conceptos), incluir diversos recursos en las preguntas para trabajar diversas destrezas (imágenes, enlaces externos, audios, cuestionarios…etc.) o trabajar la metacognición de nuestro alumnado sobre lo aprendido bien mediante una última pregunta abierta a final del vídeo en el que les proporcionemos preguntas guía al respecto (qué has aprendido, qué ha sido lo más difícil, cómo lo has resuelto, qué mejorarías…).
Finalmente, deberemos tener en cuenta qué perseguimos, el por qué incluimos preguntas en el vídeo, y en qué momento. El hecho de añadirlas antes nos permitirá prepararles sobre el contenido y que tengan herramientas para aprender de sus errores. Además, las preguntas que se añaden justo después de una idea en el vídeo asegurará la comprensión de un concepto, les hará pensar sobre el contenido con mayor profundidad, realizar conexiones o aplicarlas de un modo práctico una vez se haya aprendido. La habilidad de hacer buenas preguntas, nos aportará estupendas respuestas. Es el arte de saber preguntar en flipped classroom.
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