La tecnología, bien utilizada en el entorno educativo, puede aportar muchos beneficios a los alumnos, pues les permitirá profundizar en esa competencia digital que tanto van a necesitar en la sociedad en la que desarrollen su vida profesional. En esta ocasión, traigo a estas líneas una actividad que me ha dado muy buenos resultados: un BioEscapeRoom, en el que he combinado gamificación, tecnología y los conocimientos que han adquirido mis alumnos sobre el ADN siguiendo el modelo Flipped Learning.
Antes de explicar los pasos de este escape room, me gustaría aclarar que no se trata de un simple juego desarrollado en una hora de aula, sino que detrás hay un componente académico muy bien pensado. Es decir, si alguien tratara de resolver el escape room sin conocer los conceptos que se han trabajado en clase de Biología de 4º ESO, difícilmente podría resolver las diferentes pistas y, por tanto, abrir los candados de cada pista. En definitiva, los alumnos se han encontrado con un juego en el que las destrezas académicas se han combinado con las habilidad es de investigación, búsqueda, deducción… Si no tenían una doble mentalidad de espía y científico, era complicado abrir los candados.
Cinco pistas
Unos días antes del día del escape room, pasé un vídeo de motivación, para crear ambiente. Después, dos días antes, les pasé la infografía en donde podían leer las normas de juego y premios. Por último, el día de juego, les pasé la web en la que estaba detallado el BioEscapeRoom: contextualización, pistas y formulario en el que responder para avanzar.
Había cinco pistas, que, como he indicado, combinaban la intuición, imaginación, deducción… con los conocimientos adquiridos sobre el ADN. Reunidos en grupos, los alumnos debían averiguar qué se escondía detrás de cada pista y colocar lo que averiguaban en el formulario de Google, incluido en la web. En cada respuesta, yo había puesto la única opción posible, y había indicado al formulario que si no se escribía de forma idéntica, pusiera un mensaje de aviso: «Candado cerrado«.
La tarde fue intensa, muy intensa. Hubo momentos de muchos nervios, de discusión (bien entendida) entre los miembros del grupo, de lluvia de ideas, de exhaustivas búsquedas en internet…
Al final de los 50 minutos, sosiego por haber conseguido abrir los cinco candados y la satisfacción de irse a casa con el BioEscapeRoom resuelto; ¡ah!, y con el premio conseguido.
Dejo un vídeo que recoge la idea y momentos de este BioEscapeRoom.
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