Siempre he tenido claro que ceñir el aprendizaje a las paredes de un aula es algo que no casa del todo con la esencia de un buen aprendizaje: una persona debe estar dispuesta a aprender en cualquier momento. Así, cuando proponemos situaciones en las que una persona puede aprender algo nuevo o reforzar algo visto previamente, estaremos dándole un sentido más amplio a ese aprendizaje. Según esto, el presente curso he formalizado una actividad que he llamado Biocoin (Bio porque se trata de la asignatura de Biología). Consiste en lanzar preguntas a mis alumnos en algún momento del día, preferentemente por la tarde, fuera del horario escolar. Los que están conectados, pueden responder si quieren, pues se trata de una actividad voluntaria.
Todo es espontáneo, esto es, depende de lo que yo vea en la televisión, por la calle, en una tienda, yendo en coche (conduce mi mujer)… Si lo que veo me inspira una cuestión relacionada con mi materia, lanzo la pregunta por el grupo cerrado que tenemos en Telegram. Los que están conectados comienzan aportar sus respuestas; algunos buscan información en internet, otros tiran de ideas aprendidas, otros consultan apuntes, libros… El caso es que se establece un diálogo importante en el que el aprendizaje está por encima de todo.
El primero en responder correctamente se lleva un Biocoin, que supone +0,5 puntos en la nota del examen final. En el caso de que otro día consiga dar con la respuesta, suma +0,3; y si lo consigue una tercera vez en ese trimestre, +0,2. En total, un alumno puede llegar a sumar un punto en su examen final, por trimestre.
Muy buena acogida
Los alumnos han acogido muy bien esta propuesta, y cuando me retraso en lanzar una pregunta, me la reclaman. No se trata de agobiar con preguntas cada día ni cada semana. Lanzar una pregunta depende de las circunstancias que he comentado anteriormente. Con todo, tras hablar con mi responsable académica sobre esta actividad y la experiencia de este curso, es probable que el próximo año acote los días en que lanzaré las preguntas a una hora concreta o dos a la semana (no necesariamente habrá pregunta todas las semanas). Con esto, evito que los alumnos estén tan pendientes del móvil.
El objetivo de esta actividad, en definitiva, es hacer ver a los alumnos que además de recordar y comprender, hay que saber aplicar los conceptos. El ser humano siempre debe estar dispuestos a aprender. Por algo, Linneo nos llamó Homo sapiens.
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