Una de las grandes ventajas de utilizar el modelo flipped en las aulas es que te permite desarrollar estrategias de aprendizaje y diseñar escenarios de aprendizaje, actividades o tareas muy variadas y, generalmente, muy significativas para el aprendizaje del alumnado. Entre ellas, y es el caso que voy a comentar en esta colaboración, están las estrategias de aprendizaje colaborativo en las que el alumnado aprende entre sí colaborando en la realización de determinadas actividades o tareas.

El primer caso que voy a comentar es el de un diccionario colaborativo: el Cangrelario cuyo nombre proviene de ser un diccionario de términos del alumnado del proyecto #ElCangrejo de Historia del Mundo Contemporáneo de 1º de bachillerato. La idea surge cuando el propio alumnado reconoce que no entiende una serie de palabras o términos que les impide entender bien los textos que tienen que trabajar para el proyecto y entonces les planteé hacer una especie de diccionario o de colección de términos que no entienden, donde ellos vayan apuntándolos y definiéndolos para saber cuál es su significado y que les pueda servir a todo el grupo. Lógicamente, para no escapar del síndrome calificatorio que nos invade (y que nos entorpece tanto el aprendizaje) mientras más se participe, sobre todo resolviendo términos de otras compañeras, más calificación se tendrá en esta actividad

El segundo caso es una idea que ya empecé a utilizar durante el confinamiento del curso 2019-2020 en Historia de España de 2º de bachillerato. Se trata de un documento colaborativo de dudas, una especie de FAQS de cada bloque, donde el alumnado plantea las dudas que les van surgiendo cuando va trabajando el tema y el propio alumnado las responde para aclararle a sus compañeros esas dudas que le han surgido. En la primera experiencia inicial de este curso que todavía estamos desarrollando el alumnado ha confundido dudas con cuestiones más puntuales debido, como ellos mismos han confirmado, a que han confundido mayor participación con más nota (sin duda ese síndrome calificatorio está machacando el aprendizaje).

De la experiencia que estamos desarrollando puedo sacar las siguientes conclusiones:

  • Lamentablemente, al alumnado, en general, le importa la calificación más que el aprendizaje.
  • El alumnado no tiene hábitos colaborativos para el aprendizaje porque puede más la competitividad de a ver quién pone más términos o dudas que el espíritu colaborativo de ayuda mutua.
  • El alumnado reconoce que estas actividades les sirve para aprender (el significado de nuevas palabras o la explicación de temas o problemas históricos más o menos complejos), pero también reconocen que no están acostumbrados a este tipo de aprendizaje.
  • Desarrollar este tipo de actividad es muy simple porque sólo hace falta explicarles bien el objetivo de la tarea y la forma de trabajarla y un simple documento colaborativo diseñado para el caso

En definitiva, que aunque se pueden ver aváncese, tenemos que seguir trabajando para hacer posible un aprendizaje más colaborativo y significativo. Seguimos