La idea de que el modelo de clase invertida es un modelo acabado en el sentido de que está casi todo marcado y previsto, es decir, el alumnado ve un vídeo, asimila su contenido y se trabajan las dificultades planteadas en clase, es totalmente falso. Sí es cierto que esa imagen, utilizando la metáfora de un automóvil, es la del modelo inicial, básico, de serie. Pero, sobre ese modelo pueden hacerse innumerables variantes que dependerán, básicamente, de la capacidad del alumnado de adaptarse a su nuevo rol y de los recursos y tecnologías disponibles, pero que siempre deberán tener en cuenta una serie de principios básicos que justifican la utilización de esta estrategia o metodología de aprendizaje: protagonismo del alumnado, aprovechamiento al máximo el tiempo de clase y acercamiento de su aprendizaje informal al formal del aula. Ni siquiera considero que la tecnología sea algo imprescindible.
Y digo todo esto porque mi experiencia este año es diferente (menos mal) a la del curso pasado que fue el primero en aplicar todo el curso esta estrategia de aprendizaje en 2º de bachillerato. Podemos decir que este curso los alumnos y alumnas que comparten clase conmigo son, en general, más dispersos, tienen menos concentración en el trabajo y tienen muy poca autonomía y autoestima. Están, mucho más que el alumnado del curso pasado, habituados a un aprendizaje pesado, incluso estéril, pero muy cómodo para ellos: memorizar y repetir y hacer actividades mecánicas. Nada de complicaciones de estas de pensar, debatir, criticar.
Les cuesta trabajo el ritmo de trabajo: previas (vídeo y cuestionario sobre el tema) a destiempo, con lo que pierden un poco (o un mucho) su objetivo fundamental. El trabajo en equipo es de tipo clásico con poca interacción cooperativa. Las presentaciones son simples y de «lectura» (les sirve para leer el contenido) más que de resumen, Tienen pocas destrezas TIC 2.0 y lo dejan casi todo, casi todos, para el final. Y, lo más importante, no aprovechan el tiempo de clase como podrían hacerlo.
Ante este panorama debo adaptar el modelo, debo buscar nuevas actividades y nuevas estrategias. Debo tunear el flipped classroom. ¿Y cómo? Mantendré lo que da resultado como la actividad del #temaxtuit y lo que considero (y ellos también aunque les cueste trabajo cumplir plazos) básico: las previas. Seguiremos, también, haciendo presentaciones para explicar el trabajo de cada grupo pero deberán ser un esquema de lo que van a exponer y no su desarrollo como hasta ahora. Y añadiré actividades nuevas como exámenes en pareja, concursos de cada tema y exposiciones cortas de diferentes partes de los temas siguientes.
Los exámenes por parejas serán las composiciones que hacen ahora de cada tema en casa y van entregando (también a su ritmo) y que ahora las desarrollarán en clase, al menos plantearlas y comenzarlas, por parejas. Poniéndose de acuerdo en qué deben poner y qué no, cómo relacionar los documentos con el tema y preguntándome lo que no entiendan.
Los concursos de cada tema se realizarán por grupos. Cada grupo elaborará unas preguntas sobre el tema correspondiente que le preguntarán a otro de los grupos. Todos los miembros del grupo deben saber la respuesta para evaluar las contestaciones que le den desde el otro grupo sin mirar el tema. Y así sucesivamente.
Las exposiciones telegramas serán explicaciones breves sobre aspectos importantes de cada tema. Esos aspectos los decidirían ellos una vez hecha la previa y se los deberían preparar para exponerlos en la clase siguiente de manera aleatoria o por sorteo. También se evaluarían ellos de manera aleatoria y sin mirar el tema.
Tuneando el modelo. Adaptando la clase invertida. Pero, aprendiendo al revés.
Hola Manuel:
Al leer tu contribución descubro que trabajamos en la misma línea. Veo que el modelo flipped no es acabado y que lo podemos adaptar integrando otros modelos de aprendizaje. En mi caso, el flipped classroom, la simulación y juego y el ABT y colaborativo son el eje de mi docencia e investigación.
Un saludo y seguimos!
Laura
Hola, Laura.
Pues sí, de eso se trata. No podemos criticar el modelo convencional de educación por inmovilista y caer en la misma trampa. Hay que cambiar, mover el aula, darle vida. Seguimos.