El cambio de paradigma educativo en el que muchos docentes estamos inmersos requiere del manejo y dominio de nuevas herramientas y técnicas presentes durante todas las fases del proceso de enseñanza-aprendizaje. En concreto la historia de los enfoques y métodos del aprendizaje y enseñanza de las lenguas extranjeras está flanqueada por dos extremos diferenciados. En un extremo identificamos prácticas que tienen que ver con la enseñanza directa de las formas lingüísticas a través de actividades parcial o totalmente descontextualizadas y en el otro extremo nos encontramos con tareas que conectan en mayor o menor medida con el contexto real que sucede fuera del aula, con las necesidades de los alumnos. Gran parte de la investigación actual recomienda estas prácticas contextualizadas dotadas, no obstante, de enseñanza directa de las formas lingüística siempre y cuando la comunicación entre los agentes que forman parte del proceso se vea afectada por el desconocimiento o mal uso de la lengua. Así, recientemente se ponen en marcha métodos y enfoques como el Aprendizaje Integrado de Lenguas Extranjeras (AICLE) o la Enseñanza de Lenguas Mediante Tareas (ELMT). Ambas prácticas están en consonancia con otras prácticas existentes en el ámbito educativo en general, como el Aprendizaje basado en problemas o el Aprendizaje basado en proyectos, entre otros.

En estos casos el docente pasa de ser un mero transmisor de conocimientos a un facilitador de los mismos. En este proceso de facilitación, la labor del docente entronca con la del cocinero. En el vídeo L2 teaching as cooking presento las diferentes fases en las que el profesor de lenguas extranjeras (L2) actúa como un cocinero. Te animo a que, como docente de otras asignaturas, traslades sus ideas a tu propio entorno. El vídeo comienza con la idea de que la enseñanza de lenguas extranjeras, o de otro tipo, no tiene por qué hacer uso exclusivo de un libro de texto como recurso inmediato de contenidos, al igual que nuestra dieta no debe basarse exclusivamente en pizzas o hamburguesas (fast food). Podemos diseñar nuestros propios materiales a partir de la adaptación o enriquecimiento de materiales auténticos como cómics, noticias, etc. (equivalentes a la comida fresca: tomates, pimientos, naranjas, etc.) o podemos hacer uso de materiales elaborados por otros especialistas, e.g. vídeos de Ted-Ed (equivalentes a la comida procesada, e.g. sushi, paté, pan, galletas, etc.). El docente se convierte así en un chef, un artista o un mago que no solo domina los contenidos que transmite sino también la pedagogía que ayuda a transmitirlos con éxito. En todo caso el docente nunca debe olvidarse de crear necesidades para el aprendizaje de los contenidos (provocando el hambre del alumno) y añadir elementos básicos a la enseñanza como la creatividad, diversión y motivación (aderezo) para que el menú final sea exquisito.