Creo que a día de hoy no hay duda de dos cosas con respecto al modelo o la estrategia de la clase al revés. Primero, que está de moda, que atrae y que engancha a muchos docentes decididos a cambiar el paradigma educativo y, segundo, que hay docentes también que tienen serias dudas sobre cómo se lleva a la práctica y sobre si es eficaz. Cuesta mucho salir de la zona de confort (o de miedo) y se suele intentar cambiar manteniendo algo o mucho de lo anterior. Cuesta soltar lastre. El peso de la tradición, la costumbre y la rutina.

Es cierto también que quien no esté dispuesto a cambiar va a encontrar siempre motivos para no reconocer lo que se está consiguiendo y todos hemos oído muchas veces que si las familias, que si los alumnos, que si no lo hacen otros compañeros no sirve de nada, o lo contrario, que si utilizan las metodologías activas muchos docentes se puede caer en la rutina, que si es una tontería y no se aprende «como dios manda, como toda la vida», etc., etc. Todo por no cambiar o por no reconocer la necesidad de cambios en una Escuela moribunda y alejada de la realidad.

Pues bien, por todo eso, esta entrada y los datos que podéis ver en el enlace que figura al final del artículo están dedicados a los incrédulos, a los indecisos y, como no, a los tóxicos. Son datos de una encuesta de valoración final de lo experimentado durante este curso realizada a mi alumnado de 2º de bachillerato. Les planteé varias cuestiones: qué habían aprendido, qué les había parecido el flipped classroom, qué es lo que más y lo que menos le había gustado de la materia, qué valoración hacía de la misma y de su profesor, cómo mejorarían la asignatura y les animaba a que hicieran algunas sugerencias u observaciones.

En cuanto a lo que han aprendido, el resultado es muy positivo y destacaría varias respuestas que creo que van a la esencia del aprendizaje. Algunos dicen que han aprendido «muchas cosas muy interesantes sobre la historia de España que antes nadie consiguió que entendiera» o «más que cualquier otro año sin duda» y también que lo han hecho de otra manera. Pero, sobre todo, destacaría una respuesta que creo resume lo que se ha intentado y, parece que, conseguido: «no hemos acumulado una serie de conocimientos para después expulsarlos en el examen. Hemos aprendido a aprender y creo que eso es lo más importante de una asignatura».

Por lo que respecta a la metodología utilizada, las respuestas son unánimes y claras. Desde los lacónicos y claros «perfecto» y «buenísma» al más detallado comentario de «me parece que funciona bastante bien, ya que las clases son más prácticas, podemos aprender con ejercicios y actividades en clase bastante entretenidas y que nos hace entender mejor».  Pero, sobre todo destacaría esta: «el Flipped Classroom es una forma de dar la clase sencillamente espectacular. Se aprende más y mejor. Se aprende para tener conocimientos y no para sacar notas que es el principal fundamento de los demás profesores. Aunque por muchos de ellos no esté bien visto quizás porque no sepan la utilidad que tiene» que además nos introduce en el proceloso mar de por qué se critica lo que hacemos en clase sin saber exactamente lo que es ni comprobar (porque no quieren, claro) los resultados y de la necesidad que ve el alumnado de que esta estrategia se siga en más materias.

El tercer aspecto es su opinión de lo más positivo de la asignatura y hay coincidencia en que se aprende más y mejor al trabajar en clase la materia y que se aprende «entendiendo y no sólo memorizando» y me quedaría como ejemplo con esta opinión: «lo que más me ha gustado es la forma en la que el profesor da las clases y las actividades que plantea , como por ejemplo lo temas por tuit, creo que son de mucha ayuda y nos ayuda a sintetizar lo más importante de cada tema, la previas también son de bastante ayuda ya que son una forma genial de introducir el tema y que adquiramos una ligera idea sobre lo que vamos a trabajar. Por último, creo que esta bastante bien el método en el que se imparten las clases, ya que están planificadas para hacerlo todo en clase con lo que nos deja mucho tiempo libre por las tardes para dedicar a otras asignaturas (excepto cuando hay exámenes😜)»-

En cuanto a lo que menos le gusta, el temaxtuit cuando se hace muy pesado (mea culpa) y realizar la composiciones para preparar el tipo de examen de selectividad. Dos dificultades fácilmente subsanables para el curso que viene. Por lo que respecta a la valoración sobre la asignatura y el profesor son muy positivas y me llena de orgullo como docente, aunque, sin duda, esas valoraciones tienen mucho que ver con todo lo anteriormente expuesto en las cuestiones previas.

Finalmente, en las aportaciones para la mejora de la materia apenas hay novedades importantes y se tendrán en cuenta para próximos cursos y sí me gustaría destacar algunas de las observaciones o sugerencias como que «deberían ser todas las asignaturas con ese método» y lo satisfechos que están con el método y con su profesor.

En definitiva, podemos concluir lo siguiente:

  1. El alumnado está muy satisfecho con la utilización del flipped classroom y opina que se aprende más y mejor.
  2. El alumnado demanda que el flipped classroom se extienda y lo utilicen más docentes.
  3. El alumnado reconoce que la clave del flipped classroom es trabajar en clase y desarrollar actividades muy variadas.
  4. y otras de carácter más personal que entenderán al leer todas las respuestas y que suponen un espaldarazo a la metodología y a la decisión que tomé hace cuatro cursos de utilizar esta estrategia del flipped classroom en 2º de bachillerato.

Así que el año que viene más y, a ser posible, mejor.

Os dejo el ENLACE AL RESUMEN DE RESPUESTAS