En las próximas cuatro entradas me gustaría compartir el estudio que ha publicado Odysseyware en relación a un informe desarrollado por la ASU (Arizona State University) en el que se investigan distintos modelos pedagógicos, su influencia en el alumnado y cómo la integración de herramientas digitales afectan a la consecución del aprendizaje. En cada uno de los artículos, aportaré los resultados de dicho proyecto que se centra en la evolución del entorno digital en el aprendizaje, modelos de aprendizaje, efectividad y estrategias y, finalmente, implementación y ejemplos prácticos.

Existen diversos motivos por los que el aumento de la formación online es cada vez mayor en el ámbito educativo o del aprendizaje en general; entre ellos encontramos el índice de graduados (menos del 80% en 34 estados en EEUU), seguir el nivel del grupo, ofrecer cursos online de verano sobre temas clave y ahorrar dinero en contratar profesores…). Sin embargo, y sorprendentemente, lo que más ha determinado la apuesta por el aprendizaje online es que aporta una mayor motivación en el proceso de aprendizaje de los estudiantes.

Es cierto que el tanto profesor como alumno adoptan ritmos distintos tanto de enseñanza como de aprendizaje al transferir los contenidos que se impartirían en el aula a nivel grupal. La formación online o el uso de vídeos con finalidad formativa crea un nuevo ecosistema de valoración hacia el alumnado porque nos permite ser más objetivos en el trabajo del estudiante, ya que detectamos qué dudas, errores, aciertos o logros se han producido durante su trabajo. No es de extrañar de desde el año 2000, diversos estudios (Means et al. 2013, Cook et al. 2008 o Bernard et al. 2004 entre otros) confirman que aquellos alumnos que usan los vídeos como recurso formativo durante el curso tienen mejores resultados que aquellos que únicamente reciben instrucción directa, con el profesor como única fuente de información (profesores faro). En el siguiente cuadro* pueden observarse los tipos de flipped o blended learning posibles, por lo que también variará los resultados que obtendremos:

Online course

Los modelos de aprendizaje activos (flipped learning o flipped classroom) hacen una clara apuesta por el alumno ya que es él quien controla el ritmo de aprendizaje, siendo esto posible gracias al cambio en el modo el que se produce: trasladándolo desde el aula a un vídeo instructivo que puede visualizar donde, cuando y cuantas veces quiera. Este informe también subraya que el aprendizaje online (el modelo flipped lo incluye) permite al profesor disponer de más tiempo para poder atender e interactuar más con sus alumnos. Otros beneficios añadidos a las metodologías que apuestan por trasladar la escuela a la red son:

  1. Aumenta el aprendizaje activo, la colaboración y la personalización en los ritmos en la adquisición de contenidos ya que se reduce la instrucción directa.
  2. Aumenta la interacción entre profesor y alumno y mejora la calidad de la retroalimentación.
  3. Atiende a la diversidad: distintos alumnos, distintos ritmos de aprendizaje.
  4. El nivel de motivación de los alumnos es mayor.
  5. Existe una apuesta clara por la personalización en el aprendizaje.
  6. Los estudiantes perciben un mayor nivel de eficacia en su proceso de aprendizaje.
  7. El profesor aumenta sus límites de desarrollo profesional mediante el crecimiento de su PLE.

El éxito de la formación online o del uso de vídeos educativos en la escuela mediante el flipped classroom requiere, no obstante, un proceso lento  y progresivo que conlleva la programación de las herramientas y la debida información a los agentes implicados, pasando por la determinación del docente en aceptar que otros elementos han entrado en juego en la escuela.

 

*Traducido de ASU Report 2015 (p. 7) para theflippedclassroom.es