Como docente, cuando tengo en mi grupo algún alumno o alumna con un diagnóstico de TDAH, me temo que voy a tener unas dificultades bastante notables con ellos. El desorden, la falta de comprensión temprana y su atención “a ratos” es la tónica general con lo que, si no tenemos un mínimo conocimiento de este trastorno, nos llegan a desesperar e incluso confundimos ciertas actitudes con el mal comportamiento e incluso la mala educación. Pues bien, ya que muchas veces es muy dificultosa la atención que merecen por parte del profesorado (ratios, horarios…) poco a poco terminan siendo alumnos poco motivados cuyos resultados y trabajo son claramente insatisfactorios. Con todo esto, me parece que hay motivos para intentar una estrategia para que el trastorno que sufren no sea excusa para conseguir un rendimiento académico óptimo y la clase invertida funciona.

Este pasado curso 2016/17 he tenido cuatro alumnos con este trastorno en 2º de ESO. Debido a que este era el primer curso en el que aplicaba la técnica de la clase invertida,  en la primera evaluación se fue haciendo de forma gradual por lo que inicialmente se siguió una estructura tradicional en el aula. Esto provocó que sus resultados fueran francamente bajos. Sin embargo, a medida que la clase invertida se fue desarrollando en el aula, este tipo de alumnado mejoró ostensiblemente. Esto se puede deber a diversas causas:

  1. La utilización del video y su accesibilidad para el alumno a través de Youtube. En este caso los alumnos con TDAH tienen una herramienta que les resulta mucho más útil y atractiva que el libro de texto debido a su versatilidad y a que este medio les consigue mantener con mayor atención que los tradicionales. La accesibilidad facilita que puedan verlo una y otra vez con lo que fijan mejor la adquisición de conocimientos.
  2. Se mejora la atención individualizada de este alumnado. Debido a que hay un tiempo específico de trabajo e investigación en el aula, podemos controlar mejor el ritmo de trabajo de un alumnado tendente a la dispersión y que se centren en lo que es necesario que hagan en ese momento.
  3. Se puede conseguir la comprensión de conceptos, procesos y relaciones entre términos al poder dedicar tiempo a explicaciones más individualizadas.
  4. Mediante el dossier de trabajo tienen una pauta que les resulta clara marcando de forma nítida su temporalización. Para ellos es un guión a seguir. Lo que, evidentemente, mejora su rendimiento y sus capacidades cognitivas.
  5. Se evita su aislamiento con respecto al grupo y sus conatos de aparente mal comportamiento.

 

En definitiva, a falta de aportar unos datos estadísticos precisos, cosa que se hará en el siguiente curso, en este primer contacto parece, y esta es la hipótesis, que la utilización de la clase invertida es una técnica que puede ser muy positiva para el alumnado con TDAH.