Cuando decidimos integrar una metodología activa en el aula, nos surgen una serie de cuestiones que afectan a la propia idiosincrasia del perfil docente como protagonista del aula, a la competencia pedagógica a la hora de llevar a cabo dicho cambio, las herramientas o recursos que son inherentes para un óptimo desarrollo de los procesos de enseñanza-aprendizaje y, finalmente, el tipo de evaluación o evaluaciones con los que calificaremos la consecución de los contenidos por parte de nuestro alumnado. Suelo aconsejar (como muchos compañeros venimos haciendo desde este foro) que el modelo flipped classroom tiene su éxito en el lugar en el que coincidimos tanto profesorado como alumnado: el espacio grupal. El contenido está disponible en cualquier lugar y de cualquier manera por parte de nuestros estudiantes. Es por ello, que dinámicas cooperativas, variedad de actividades, gamificación o la creación de contenidos nos permitirá hacer del aula un lugar en el que se generen experiencias motivantes.

En este sentido, el ABP es un perfecto aliado del modelo flipped classroom ya que nos permite contextualizar los contenidos dentro del ámbito del alumno, partiendo de sus propias experiencias y vivencias sobre las cuales han de crear aprendizajes significativos. Hablamos, en consecuencia del desarrollo de las competencias que todo estudiante ha de adquirir a lo largo de su etapa educativa. En este sentido el «aprender haciendo» tendrá más posibilidades que ocurra en contextos en los que los alumnos no solo son protagonistas de ese camino, sino que también han propiciado que eso sea posible, gracias a su intervención, motivada por unos elementos motivadores o preguntas guía.

 

Desde el curso pasado, he implantado distintos recursos o proyectos que ya están creados por docentes para docentes y que pueden servir de comienzo para los profesores que han decidido incluir al ABP como herramienta añadida para enriquecer el aprendizaje de sus alumnos. Te hablo del CEDEC: (Centro Nacional de Desarrollo Curricular en Sistemas No Propietarios) que impulsa el desarrollo de las metodologías activas dentro de su Proyecto EDIA. Se trata, como su propias siglas reflejan, un proyecto en el que se ofrecen recursos educativos, digitales, innovadores abiertos, en los que el modelo flipped classroom se adapta perfectamente al poder usar dicho enfoque para presentar los contenidos que se trabajarán en los proyectos de un modo atractivo y motivador para los estudiantes. Teniendo como base metodológica al ABP, nos aseguramos que sus propuestas o recursos educativos «conecten» con los alumnos y les sea posible, citando a Fernando Trujillo, que estos «aprendizajes sean verdaderas experiencias de socialización». 

He tenido la oportunidad de haber trabajado diversos proyectos (Lengua Castellana y su Literatura e Inglés) en los que, gracias al enfoque de la clase inversa, nos ha permitido convertir el aula en un lugar propicio y motivador en el que aprender. Los vídeos enriquecidos formaban parte de cada unidad, que comenzaban a modo de exploración mediante formularios, textos, cuestionarios…etc que me permitían detectar en qué punto respecto a los contenidos se encontraban mis estudiantes. Es entonces cuando animo a mis estudiantes a que asienten los puntos más importantes mediante los vídeos y que cuyo contenido sería trabajado mediante aprendizaje cooperativo en el aula y que nos conducen hacia la creación del artefacto digital o producto final como se sugiere en los recursos del Proyecto EDIA. Además, no solo se le propone al docente la «ruta didáctica», sino que además las unidades o tareas están enriquecidas con recursos didácticos, herramientas TIC recomendadas para usar como rúbricas de evaluación con las que el docente puede recoger los indicadores de logro de sus estudiantes.

Del mismo modo que los recursos audiovisuales ya están presentes en la red y que están a nuestra disposición para trabajar con el alumnado, también podemos recurrir a propuestas didácticas ya confeccionadas y listas para llevar al aula. Con el flipped classroom, considero que este banco de proyectos por y para el profesorado adquiere una dimensión más enriquecedora y fructífera tanto por parte del profesor como del alumnado.

Solo me queda compartir contigo algunas de mis experiencias en las que el modelo flipped classroom junto con el Proyecto EDIA han funcionado muy bien. ¿Te animas?