Nombre del autor: Javier Valdés Gómez

Centro educativo: Colegio de la Inmaculada. Jesuitas Gijón

Canal de YouTube: https://www.youtube.com/channel/UC3kPhDDlVKYOv6OU0atjSmA

Título: Flipeando la química

Nivel educativo y materia: Química 2º de Bachillerato

 

Como tantos otros profesores, en los últimos cursos estoy realizando cambios profundos en la forma impartir mis asignaturas, buscando el modo de hacer las clases más participativas, que los alumnos estén más activos, se impliquen más en las clases y sean, en definitiva, protagonistas de su aprendizaje.

Expongo el ejemplo de Química de 2º de Bachillerato, asignatura en la que ya hace varios cursos no usamos libro de texto. Después de unos años, ya había generado materiales propios para casi todos los temas, que, junto a recopilaciones de recursos educativos abiertos disponibles para el desarrollo de la asignatura, me permiten que mis alumnos se ahorren los más de 30€ de un libro que ya no ayudaba al modo en que querïa dar la clase. “Si todo está en el libro, ¿para que voy a atender?”

El pasado curso di los primeros pasos en la introducción de Flipped classroom en esta asignatura, y la experiencia fue tan buena que este curso me decidí por una implantación mucho más sistemática. Me lancé con la seguridad de que se produce una mejora significativa, no sólo en el aprendizaje de la química, sino también en otras competencias fundamentales para mis alumnos, recordando que es una asignatura de 2º de Bachillerato, con gran contenido tanto conceptual como práctico y con la responsabilidad de una prueba de acceso a la universidad, en la que muchos de mis alumnos se jugarán buena parte de sus opciones de acceder a los estudios que desean.

Esta metodología cambió radicalmente la dinámica de las clases, tanto para el alumno como para el profesor. Los alumnos están más activos, no pueden ser ya “espectadores” de un profesor que actúa en la pizarra. Intento que aprovechen realmente el tiempo de clase, y que yo, su profesor, pueda ayudarles más, y de un modo más directo, en las dificultades que vayan encontrando.

Pasos seguidos

Enumero las etapas necesarias para poder aplicar esta metodología y pasos seguidos. Uso como ejemplo enlaces e imágenes del tema de “Ácidos y bases” uno de los principales del curso, impartido entre el 20 de enero y el 20 de febrero de este mismo año.

  • Grabación y edición de vídeos con explicaciones de los conceptos del tema y también ejemplos resueltos de los problemas y ejercicios tipo. Cada uno de los vídeos, de aproximadamente 7- 8 minutos, está colgado en YouTube en una lista de reproducción.

http://www.youtube.com/playlist?list=PLHZes6NcWk9jTUi_0Og3NWBm6Kdm5HVQ

contiene unos 23 vídeos de edición propia, ordenados de modo que permiten recorrer progresivamente los contenidos del tema.

Este proceso de grabación y edición ayuda a reflexionar sobre lo fundamental y a hacer un esfuerzo de síntesis en el modo de exponerlo, de manera que se entiendan los conceptos, los vídeos no resulten muy largos y no queden lagunas sin explicar (ojalá lo haya conseguido).

  • Preparar tareas asociadas a cada uno de los vídeos. Para cada vídeo se creó una tarea (con la herramienta gratuita de formularios de Google) con cuestiones relacionadas con los conceptos explicados, y ejercicios semejantes a los explicados el vídeo.

Este es uno de los puntos fundamentales del proceso. Los formularios están en el modo test de autoevaluación. Esto permite a los alumnos saber si han contestado bien o mal a cada pregunta. Tienen una puntuación final de la tarea, y así, son conscientes de si han comprendido o no los conceptos correspondientes. Además, en el caso de las respuestas incorrectas, reciben automáticamente la solución y un comentario aclarando las claves que les permitirían haber llegado la respuesta correcta. Ejemplo de uno de los formularios utilizados:

https://goo.gl/forms/wMbJo2dk7AKV7xhv1

  • Guión y calendario del tema. Desde el principio del tema, los alumnos tienen un guión con los objetivos y una propuesta de calendario con las tareas asignadas para cada dia. Google Classroom permite crear cada tarea, incluyendo los enlaces a los vídeos, los formularios de autoevaluación, las instrucciones y las fechas de entrega.
  • Preparación del resto de materiales del tema. Los alumnos también disponen de un repositorio que incluye una presentación que desarrolla los conceptos fundamentales (esta presentación es, con alguna modificación, la que utilizaba en clase antes de cambiar de metodología), hojas de ejercicios, la relación ordenada de las Preguntas PAU del tema y enlaces a páginas donde pueden ampliar la información y encontrar más ejemplos.

Desarrollo de las clases

Los alumnos deben conocer la metodología a seguir. Se les explica al principio del curso y también al principio de cada tema para que sean conscientes de lo que se espera de ellos.

Se les expone un “calendario del tema” aclarando que las fechas de cada tarea son orientativas, y que servirán de guía general, pero que ellos podrán marcar su propio ritmo. El profesor podrá atenderles en sus dudas, vayan por donde vayan.

De este modo, cada alumno puede programarse, y aunque se fija una fecha para el examen final del tema, los que quieran pueden realizarlo antes si esto les favorece en la organización de su trabajo. Nunca antes había dado tantas opciones de autonomía al trabajo de mis alumnos.

Antes de comenzar cada sesión dispongo de una cantidad de información que nunca había tenido hasta ahora, y que me ayuda a ordenar el tiempo de clase. Se cuántos alumnos han realizado la tarea y cuantos no, además, conozco el grado de acierto a cada cuestión, lo que me permite, a la hora de revisar la tarea del día, centrarme en los puntos que se hayan contestado peor y avanzar más deprisa en los que han sido comprendidos con facilidad. Esto nunca lo había tenido como profesor y es una gran ventaja.

Así, cada día se revisa la tarea marcada, insistiendo en que no se penalizan los errores en los formularios y que si se responden mal, eso no “baja la nota” sino que forma parte del proceso de aprendizaje. Esto ocupa el principio de la clase y, a continuación, se dedica tiempo a ejercicios de aplicación de esos conceptos y se profundiza más en ellos. En esos momentos los alumnos trabajan por parejas, ya que, para la resolución de problemas y ejercicios complejos, se ha visto que esta organización es muy favorable, puesto que les permite intercambiar opiniones y ayudarse entre ellos. Así, cada pareja sigue su propio ritmo, mientras unos siguen avanzando en las tareas programadas de antemano, a otros se les proponen ejercicios de profundización o refuerzo de lo visto. Durante ese tiempo puedo ir de un grupo a otro, viendo su forma de trabajar, aclarando dudas y proponiendo nuevas tareas.

Al final de la clase se hace una breve introducción a la próxima tarea.

 

Ventajas de esta forma de trabajo.

  • Las clases son mucho más activas, y probablemente menos aburridas, puesto que al no tener que dedicar tiempo a la “explicación magistral”, los alumnos pasan la mayor parte de la clase trabajando.
  • Mientras los alumnos trabajan, el profesor pasea entre sus mesas, se detiene con ellos, ve la forma en la que trabajan, puede resolver sus dudas, hacerles sugerencias, plantearles otras cuestiones, e interaccionar mucho más con ellos. Si dedicase las clases a exponer los conceptos en la pizarra esto no sería posible.
  • Favorece la atención a la diversidad. Cada uno puede seguir su propio ritmo de trabajo, de manera que, desde las primeras clases, hay alumnos que llevan a un ritmo mucho más alto y van muy adelantados sobre el calendario marcado, mientras que otros siguen justo los plazos sin que esto sea un problema en el desarrollo de las clases.
  • Aprovechar mejor cada clase. En 2º de Bachillerato, donde la carga de trabajo de los alumnos en muchas asignaturas es grande, muchas veces los profesores realizábamos un gran esfuerzo en clase por intentar explicar un tema, nos esforzábamos en la pizarra, mientras una gran parte de nuestros alumnos estaban, en realidad, preocupados por el examen de la hora siguiente. A veces, incluso pedir que hicieran las tareas cada día podía ser frustrante si había exámenes o pruebas de otras materias.

Ahora la clase es más activa, en ella siempre se trabaja química, yo veo lo que hacen en cada momento, y se evita en gran medida ese problema.

  • Extender el tiempo de clase. Prolongo mi tiempo de clase fuera del aula. Los alumnos ven mis vídeos en sus casas, y allí también responden a los cuestionarios, en clase trabajan y aclaran las dudas. En realidad, tienen mucho más tiempo de “clase” con su profesor de Química.
  • Voy a buscar a mis alumnos donde ellos están. Muchos pasan horas en Youtube, es su entorno y su lenguaje, si una parte de ese tiempo lo dedican a Química, estupendo.
  • Me pueden hacer repetir, rebobinar, o adelantar tantas veces como quieran. Esto, una vez grabado el vídeo, es cómodo para todos.
  • El control sobre el trabajo de los alumnos. Antes de cada clase, consultando las respuestas de los formularios, tengo con facilidad más información sobre el trabajo de mis alumnos de la que había tenido nunca. Sé cuántos hicieron la tarea, si la hicieron bien o mal, el % de aciertos o errores en cada cuestión… Si alguna cuestión está mal contestada por muchos, es evidente que tengo que insistir en ella. Puedo premiar a los que cumplen con el trabajo diario, o también hablar con los que no cumplen para saber la causa y animarlos a que lo hagan. Y, desde luego, el simple hecho de que ellos sepan que yo tengo esa información, motiva a muchos a cumplir con la tarea. Con el modo de trabajo tradicional sería imposible tener tantos datos, ni aunque dedicase todo mi tiempo a revisar libretas.
  • Favorece la autonomía de los alumnos. Pueden marcar su propio ritmo de trabajo. Desde los primeros días algunos alumnos iban con más de una semana de adelanto sobre el calendario general. Varios de ellos, tal como se les ofreció, adelantaron la fecha del examen atendiendo a su propia organización del trabajo.
  • Trabajo en equipo. Al estar sentados por parejas pueden ayudarse, compartir sus dudas e interaccionar también entre un grupo y otro. Los progresos también se comparten.
  • Autoconocimiento por parte del alumno. Las tareas de autoevaluación les permiten ser conscientes de lo que están progresando. El hecho de que cuando fallan una cuestión reciben una explicación hace que en realidad esté atendiendo de un modo individual a mis alumnos incluso cuando están en sus casas.
  • Libera tiempo de clase para otras cosas. En el caso de Química, tan importantes, como hacer prácticas en el laboratorio.
  • Mejores resultados académicos. Aunque son solo una parte de la evaluación, los resultados de los alumnos en las pruebas finales de los temas que he dado con esta metodología han sido sensiblemente mejores que los de años anteriores. Menor número de suspensos y mejores notas medias obtenidas.

Valoración personal

Como profesor está resultando una experiencia excelente. Además de todo lo ya expuesto, esta metodología me permite hablar con cada uno de mis alumnos todos los días. Esto, que un no docente puede que no lo aprecie, o lo considere normal, como profesor es un cambio radical (algunos recordamos las clases con más de 40 alumnos), permite seguir el progreso diario de cada uno. En los tiempos de las clases magistrales era impensable, te pasabas las horas pegado a la pizarra sin poder hacer otra cosa que explicar y explicar, con la esperanza de que los “espectadores” de esa explicación, que en el mejor de los casos ponían cara de atender, asimilasen esos conceptos. Si quería hacerlos participar hacía preguntas a las que contestaban levantando la mano (generalmente siempre los mismos) o también podía sacar a alumnos a la pizarra (¿uno o dos al día?) quedando, mientras, los demás tranquilos y descansados en sus sitios. Ese tiempo de pizarra ahora está colgado en YouTube.

Si tengo que destacar dos aspectos positivos serían la mayor eficacia del aprendizaje, aprovecho mucho más el tiempo de clase, y cómo se fomenta la autonomía y la responsabilidad de los alumnos.

Por otra parte, los videos no sólo están a disposición de mis alumnos. En YouTube cualquiera puede acceder a ellos, y, aunque no son precisamente virales, poco a poco van acumulando visitas, de las que más del 70% son de fuera de España. Realmente resulta gratificante pensar que has podido ayudar a alguien, en cualquier país del mundo (hay visitas de unos 70 países) a aprender un poco de Química o Matemáticas

Valoración de los alumnos

Al finalizar el tema se pasó un cuestionario a los alumnos, en este caso anónimo, para que valorasen la metodología usada. Están acostumbrados a este tipo de evaluación, tanto de procesos como de autoevaluación o coevaluación. El enlace al formulario empleado: https://goo.gl/forms/Rzj7Q0iQnNuqf21c2

Incluyo al final del documento parte del resumen de las respuestas y dejo aquí el enlace a un documento con toda su valoración https://goo.gl/wP0FTM Incluye, además de preguntas cerradas, otras abiertas en las los alumnos hacen propuestas de mejora que intentaré incluir en próximos temas.

Aclaraciones a alguno de los puntos

  • La grabación de los vídeos. En mi caso los grabo con el teléfono y un trípode. Cualquier teléfono de gama media graba en HD y tiene un micrófono suficientemente bueno para lo que se necesita. Seguro que con más medios, especialmente mejor iluminación, mejorarían, pero no lo veo imprescindible.
  • La edición de los vídeos. Cortar, pegar secuencias y añadir títulos o anotaciones puede hacerse con infinidad de programas gratuitos o de coste muy moderado. En mi caso, con la carga de trabajo de un profesor, una edición sencilla ya lleva suficiente tiempo.
  • ¿Vídeos propios o ajenos? En mi caso, uso mis propios vídeos, así se adaptan específicamente a mi modo de trabajo y a la secuenciación de los contenidos, pero indicó también a mis alumnos dónde pueden encontrar otros semejantes (ellos los buscarían de todos modos).
  • Los formularios de autoevaluación. Producirlos también lleva tiempo, y, más, añadiendo las observaciones a las respuestas erróneas, pero creo que es enormemente rentable por todo lo que aportan, y lo que fomentan los metaaprendizajes y la autonomía de los alumnos. Seguro que el próximo curso, cuando los reutilice, aunque haga cambios, veré aún con mejores ojos lo de la rentabilidad del tiempo.
  • Los formularios. Para poder aplicarlos a problemas o ejercicios complejos, como suelen ser en química, y aprovechar las ventajas de la autoevaluación, no puedo preguntar solo el resultado final. Voy incluyendo preguntas correspondientes a cada una de las etapas del problema, de modo que, el mismo formulario sirve de guía de los pasos a seguir en la resolución del ejercicio.
  • No soy tan ingenuo: algunos alumnos contestan a los formularios pasándose las respuestas por whatsapp. Es cierto, algunos se pasan el día mandando mensajes, pero, al menos, algunos de sus mensajes son sobre química. Eso es un progreso. Al día siguiente, en el trabajo de clase, se ve la realidad.
  • La mejora en los resultados académicos, utilizando pruebas semejantes a las de otros años. En mi opinión es debida a que esta metodología consigue dar continuidad al trabajo diario y permite al profesor un mayor control sobre el mismo. No da opción al “estudiar solo para el examen”.

Cabecera de la lista de reproducción del canal

 

Parte de las respuestas de los alumnos al formulario de valoración

Captura del cuaderno de notas. Se aprecia como la inmensa mayoría cumplieron siempre con sus tareas dentro del plazo.

Captura del resumen de las calificaciones obtenidas por los alumnos de uno de los grupos en una prueba con preguntas tipo PAU sobre este tema. La media de las calificaciones es 1,5 puntos superior a las obtenidas por los alumnos del año anterior en una prueba semejante.