La clase al revés, a la práctica

El profe youtuber

A partir de ahora, al pupitre, la pizarra y los compañeros
se le sumarían, a mis alumnos, la visión de esta curiosa
ventana online a mi escritorio.

Semanas antes del comienzo de curso me puse manos a la obra. Según las directrices de los autores del libro «Dale la vuelta a tu clase«, los vídeos deberían de ser cortos (entre diez y quince minutos), directos y no de un tema extenso sino de algo en concreto. Así que dividí el temario de la asignatura y tracé un plan de publicación para el primer trimestre. Los tres temas que componen la asignatura en este primer trimestre serían fraccionados en cuatro vídeos cada uno, a uno por semana. Yo apenas tenía idea de cómo era eso de grabar un vídeo para YouTube, así que lo primero fue empaparme de esas estrellas de la red, los youtubers, que mis alumnos tanto idolatran. Todos tienen algo en común: el humor. El humor no faltaría en mis vídeos porque supone una excepcional manera de engancharlos.

Dos momentos cómicos de mis vídeos: la ceremonia del homenaje (arriba, vídeo
nº 07), y el momento profesor-robot (abajo, vídeo nº 09). A medida que he ido
mejorando la edición de vídeo, he ido añadiendo más momentos cómicos,
hasta el punto de que mis alumnos esperan con entusiasmo cada vídeo
sólo por el momento de introducción, que suele contener un gag.
Buceé en tutoriales sobre grabación y edición de vídeo y sobre contenido en YouTube (es un apasionante mundo aparte el que se mueve en esta plataforma). Decidí utilizar el software iMovie, gratuito en los ordenadores Mac, y con el cual la amplia mayoría de mis necesidades de edición estaban cubiertas (hay muchas alternativas para PC igualmente interesantes). Así me convertí, de repente, en un profe youtube.

Edito con el iMovie, de Mac, y por el momento uso la cámara integrada
del ordenador, así como el micrófono integrado y luz natural. Aun así, tengo
pensado mejorar mi equipamento en breve.
Decidido, con las ganas de innovar y de motivar a mis alumnos hacia la asignatura, me presenté el primer día de clase a este grupo y escribí en la pizarra «Flipped Classroom«. A medida que les explicaba en qué consistía este modelo, y por qué había decidido experimentarlo con ellos, las caras de excepticismo iniciales fueron cambiando por caras de asombro, risas, algo de vergüenza ajena (jamás habían visto a un profesor dándoles clase en YouTube) y, sobre todo, entusiasmo.

A continuación, algunas capturas de momentos de vídeos, en los que, como se puede apreciar, explico a través de una ventanita el temario de la asignatura:

Y este es mi canal: