El pasado fin de semana se celebró el EABE, un encuentro de docentes que se reúnen para disfrutar la educación, en Córdoba. Una de las charlas que se realizaron (charlas ED, es decir, pequeñas charlas de 15 o 20 minutos, como pinceladas de cada tema) fue sobre la clase invertida y la desarrolló Domingo Chica. No se cabía, la gente llegaba y se sentaba hasta en el suelo y muchos pedían a Domingo que fuera más despacio para enterarse bien. Todo un boom. Algo que, por otra parte no hace más que confirmar el crecimiento y la influencia de esta página y de comunidades como FlippeEABE, con más de 400 miembros y que se multiplique la demanda de cursos como el del verano pasado en la sede santanderina de la UIMP o el que se ha convocado este año en las sede valenciana y que voy a tener el placer de dirigir y de compartir con maravillosas y maravillosos profesionales.

Llevamos un tiempo practicando, desarrollando, investigando, narrando y tuneando la clase al revés. Llevamos también un tiempo exponiendo nuestras experiencias en distintos foros y lugares. Y me sigo sorprendiendo (bueno, cada vez menos) por la atracción que ejerce en el profesorado el flipped classroom. Mitad sorpresa, mitad curiosidad, el caso es que hay una demanda enorme para aclarar qué es y cómo se puede poner en práctica. Hay un boom del flipped classroom que intento reflejar en la siguiente infografía.

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En definitiva, que el deseo y la necesidad de introducir cambios en nuestro trabajo en el aula nos lleva a buscar alternativas y el flipped classroom aparece como una novedad atrayente. Seguimos.