Carlos Santiuste nos cuenta su experiencia en la universidad… un éxito. ¡Muchas gracias por compartir, Carlos!

El vídeo que acompaña a este texto destaca los excelentes resultados que hemos obtenido en e curso 2015/16 al implementar flipped classroom en la asignatura “Elasticidad y Resistencia de Materiales” del Grado en Ingeniería en Tecnologías Industriales de la Universidad Carlos III de Madrid. Sin embargo, en este texto voy a centrarme en explicar cómo pudimos superar todas las dificultades que nos encontramos para implementarlo porque creo que es lo más útil.

En primer lugar, hay que destacar que en los estudios de ingeniería es habitual que haya asignaturas con tasas de aprobados muy inferiores al 50%. A mí me preocupaba que la mayoría de mis alumnos no aprobaran pero esta asumido que esto es normal. ¿Es normal que los alumnos tarden dos o tres años en aprender lo que está planificado para cuatro meses? Desde mi punto de vista no debería ser normal.

Por otro lado, yo había leído mucho sobre metodologías docentes alternativas: aprendizaje colaborativo, blended learning, flipped classroom, aprendizaje basado en proyectos, aprender haciendo… y me preguntaba ¿aprenderían más mis alumnos si implemento algo nuevo? Parecía bastante probable, así que busqué la forma más adecuada de implementar estas metodologías (o más bien una mezcla de todas ellas) en mis aulas.

El problema era que tenía que diseñar una metodología docente compatible con la organización de los estudios de ingeniería en la UC3M: cada grupo docente tiene dos clases semanales de dos horas, la primera clase es un grupo magistral de 120 alumnos y la segunda un grupo reducido de 40. La metodología docente debía implementarse en este sistema con grupos de 120 y 40 alumnos, puede no ser lo ideal pero hay que ser realista y sacar la mayor ventaja de las circunstancias que nos rodean.

Básicamente, la metodología docente que diseñé es:

  1. Sustituir la teoría de clase por vídeos que los alumnos podían ver en casa.
  2. Utilizar la clase magistral para resolver los ejercicios que antes se hacían en la pizarra del grupo reducido y resolver dudas sobre los vídeos. Para hacer ejercicios en la pizarra da igual que haya delante 40 o 120 alumnos.
  3. Aprovechar los grupos reducidos para trabajar en equipo. Una semana, se hacen grupos de 5 alumnos a los que entregamos ejercicios para hacer en clase mientras el profesor va resolviendo dudas de grupo en grupo. La semana siguiente los grupos deben presentar la solución a sus compañeros y es importante que lo hagan bien porque cada grupo recibe un ejercicio diferente y necesitan la solución de sus compañeros para completar el temario. Además, el profesor hace preguntas a todos los miembros del grupo después de la presentación para asegurarse de que todos han participado en la resolución.
  4. Una parte de la evaluación sale de este sistema de evaluación continua pero para que aprueben la asignatura es necesario sacar un mínimo de 4,5 sobre 10 en el examen final. Este requisito era imprescindible para poder comparar los resultados con los de cursos anteriores.

El siguiente paso era producir el material docente online para que los alumnos trabajaran en casa antes de clase. En los últimos años muchas universidades están desarrollando cursos online gratuitos conocidos como MOOCs (Massive Online Open Courses) y aproveché las sinergias: la universidad me apoyó para que grabara los vídeos para un MOOC y yo los aproveché para cambiar mi forma de dar clase. Esta fase se explica rápido pero hay mucho trabajo detrás. En primer lugar, es completamente diferente explicar algo en sesiones presenciales de dos horas que en vídeos cortos de unos cinco minutos. Hay que cambiar completamente la forma de explicar y, naturalmente, producir muchos vídeos.

captura-de-pantalla-2016-11-21-a-las-23-51-36 El siguiente problema era que se trata de una asignatura multigrupo en la que nos tenemos que coordinar varios profesores así que había que conseguir la colaboración de todos los docentes implicados. Afortunadamente, esta fase no supuso ningún trabajo. Cuando planteé a mis compañeros la idea que tenía para mejorar la docencia de la asignatura me apoyaron y se implicaron mucho en el proceso. Este apoyo era muy importante porque aunque los vídeos ya estaban hechos los profesores debían estar muy implicados y motivados porque el trabajo que realizan en las clases presenciales es incluso más importante que los vídeos para el éxito de un proyecto de este tipo.

Finalmente, había que llevarlo a cabo y enfrentarse a los pequeños pero innumerables problemas que nos encontramos en el día a día. En esta fase hemos tenido que trabajar mucho, hemos cambiado nuestra forma de trabajar después de muchos años enseñando de una forma tradicional y, sobre todo, hemos aprendido muchísimo. Voy a destacar unos cuantos puntos que creemos que han sido la clave del éxito:

  1. La magia de la hoja en blanco. El momento en el que los alumnos aprenden más es cuando se enfrentan a una hoja en blanco para resolver un problema del que desconocen la solución. Lo bueno es que ahora los profesores estábamos al lado para ayudarles y guiarles en ese proceso.
  2. El contacto personal. Los profesores podemos interactuar mucho más con nuestros alumnos, tener más confianza con ellos y entender su punto de vista. Ahora cuando explicamos algo sabemos mucho mejor donde tienen más problemas, que conceptos hay que explicar con más detalle y cómo tenemos que hacerlo.
  3. El entusiasmo se contagia. Cuando dedicas mucho esfuerzo y pasión a una tarea se nota y se contagia, los alumnos entienden que los profesores estamos haciendo un esfuerzo “extra” por ellos y lo agradecen intentando estar a la altura.
  4. La obligación de llevar la asignatura al día. El hecho de tener que ver vídeos antes de clase les obliga a trabajar todas las semanas en la asignatura y no dejarla para el examen final. Si los alumnos han sacado mejores resultados es porque han trabajado más y mejor porque les hemos podido guiar mejor.
  5. La actitud de los alumnos depende del entorno. Durante años les hemos enseñado a escuchar y obedecer al profesor para luego quejarnos de que eran muy pasivos. Hemos descubierto que cuando se les da una oportunidad pueden tomar un papel muy activo en su proceso de aprendizaje.

El resultado final no sólo ha sido que los alumnos hayan aprendido mucho más y lo demuestren en un examen final del mismo nivel de dificultad que en cursos anteriores. También hemos demostrado que en la universidad española podemos estar en la vanguardia de la innovación docente.